Yeltsin choca con su ministro de Defensa al insistir en profesionalizar el Ejército
El presidente ruso, Borís Yeltsin, reiteró ayer que el Ejército ruso debe convertirse en profesional, es decir, que debe cesar el servicio militar obligatorio actualmente vigente, aunque no dio fecha para el revolucionario cambio. Ya durante la campaña electoral del año pasado, Yeltsin firmó un decreto por el cual las Fuerzas Armadas rusas terminarían con el servicio militar obligatorio para el año 2000, pero la mayoría de los especialistas y militares considera que ese plazo es poco realista. A él se opone, además, el ministro de Defensa, Igor Rodiónov.Las declaraciones del presidente Borís Yeltsin, hechas ayer durante su segundo mensaje por radio después de la operación de corazón de noviembre pasado y de la neumonía doble que tuvo a principios de año, abundan en la polémica con Rodiónov sobre el futuro del Ejército. Rodiónov, como la mayoría de los generales rusos, está en contra de la profesionalización total de las Fuerzas Armadas y a favor de conservar el servicio militar obligatorio, y así lo repitió el pasado domingo en una criticada intervención ante los altos oficiales en la reserva durante las celebraciones del Día de los Defensores de la Patria, heredera de la fiesta del Ejército Rojo soviético.
El presidente insistió en la necesidad de realizar la reforma militar, que, según él, consiste en hacer que las Fuerzas Armadas "se correspondan con la necesidad del día de hoy y del mañana". Debe reflejar y tener en cuenta "la cambiante situación internacional, los cambios en el Estado ruso y las nuevas exigencias de la vida".
"La tarea principal de la reforma militar es aumentar cualitativamente la capacidad defensiva del país, Sabemos que esto es posible hacerlo más razonablemente, en base a nuevos principios de formación del Ejército. Nuestra tarea futura es pasar a un Ejército profesional", dijo Yeltsin en su breve mensaje radial.
Un problema económico
El problema actual de las Fuerzas Armadas, sin embargo, no es la reforma, según asegura Rodiónov, sino al menos sobrevivir a pesar de la falta de dinero. Y ésta, a juzgar por el informe hecho público ayer por el general Lev Rojlin, jefe del Comité de Defensa de la Duma Estatal, es catastrófica. Las Fuerzas Armadas han recibido sólo un 37,4% de lo que deberían haber obtenido en enero y febrero, de acuerdo con el presupuesto estatal. Este dato cobra unas dimensiones mucho mayores si se tiene en cuenta que, según los especialisas, el presupuesto sólo financia en un 60% las necesidades mínimas del Ejército.Según el informe de Rojlin, los militares, por ejemplo, deberían haber recibido. 17 millones de dólares (casi 2.500 millones de pesetas) para asistencia médica, tres millones para comunicaciones, 39 millones para reparación de equipos, 65 millones para transporte, 74 millones para inventario y en todos estos rubros no han obtenido ni un solo céntimo. Y un apartado tan importante como son los alimentos ha sido financiado en tan sólo un 33,8% de sus necesidades.
Las diferencias entre el titular de Defensa y el presidente han provocado una avalancha de especulaciones en la prensa sobre el inminente cese, de Rodiónov, que en su última intervención se definió como ministro de "un Ejército en desintegración y una Armada moribunda".
El reemplazo de Rodiónov se concretará inmediatamente después del discurso sobre el estado de la nación, que Yeltsin pronunciará ante ambas Cámaras del Parlamento el jueves.
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