El embarazo séxtuple de Málaga tiene un 50% de posibilidades de éxito
Josefa Fernández Gámez, de 29 años, trabajadora rural y vecina de Almáchar, está embarazada de sextillizos. La mujer, que ha cumplido su quinto mes de gestación (23 semanas y cuatro días), ha rechazado un aborto selectivo, pese a que es consciente del riesgo que entraña esa decisión. Los médicos que le atienden son cautos: las posibilidades de que el embarazo llegue a buen término rondan el 50%.
Los fetos pesan aproximadamente 500 gramos y los facultativos creen que si en las próximas cuatro semanas no se produce un aborto espontáneo, todos pueden nacer vivos. Pepi, como la llaman en su pueblo, no quiere fotos ni entrevistas. "Es muy pronto, no quiere hacerse ilusiones ni verse reflejada en los medios de comunicación cuando teme seriamente que no los vaya a tener", la disculpó Juan Larracoechea, jefe del servicio de obstetricia del Hospital Materno Infantil de Málaga donde se le diagnosticó embarazo múltiple cuando apenas estaba de cinco semanas y a donde acudió aquejada de síntomas similares a los de una peritonitis. El médico añadió: "Cuando cumplan la semana 28 y pesen por encima de los 750 gramos ya pueden tener viabilidad, ahora sería prácticamente imposible". [En el reciente parto múltiple de Huelva sobrevivieron seis bebés, alguno de ellos por debajo de ese peso].El estado de la madre es bueno, aunque presenta "signos de sobrecarga" debido al volumen que ya han adquirido los cinco fetos. Por prescripción médica, guarda reposo.
Josefa se quedó encinta tras someterse a un tratamiento de estimulación ovárica porque no podía tener hijos. Es su primer embarazo. El equipo médico del hospital no ha querido juzgar el tratamiento, que fue practicado en otro centro, y simplemente se ha limitado a comentar: "No es un buen resultado, porque se pretende tener un niño, no seis de golpe, pero no conocemos la pauta y no podemos decir si ha sido correcto o incorrecto. Cada paciente responde de forma diferente".
Josefa y su marido, Juan Martín Morales, de 38 años, están actualmente desempleados. Ambos trabajan en el campo "cuando encarta" y él hace algunas chapuzas como electricista. Viven en una casa propia, pero muy pequeña. La Junta de Andalucía y el ayuntamiento ya se han comprometido a ayudar a la pareja si el embarazo concluye con éxito.
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