Los presuntos asesinos de cuatro jovenes francesas son reincidentes
La violación y el asesinato de cuatro chicas francesas de entre 17 y 20 años, presuntamente perpetrados por dos hermanos que ya habían sido juzgados por los mismos cargos, ha conmocionado a la sociedad francesa. Jean-Louis y Jean-Michel Jourdain, chatarreros de 47 y 35 años, ya habían sido condenados por asesinato y violación, respectivamente, sin que llegaran a cumplir íntegramente sus penas de cárcel.Todo parece acusar ahora a los dos hermanos chatarreros del secuestro, violación y asesinato de Audrey e Isabelle Ruffin, así como de Peggy y Amelie Merlin. El cuádruple crimen se cometió la noche del 11 al 12 de febrero, cuando las jóvenes, disfrazadas de india, mosquetero, viejecita y pierrot, respectivamente, montaron en la camioneta de los Jourdain con la esperanza de poder llegar a sus casas un poco antes. Los chatarreros las llevaron a la playa, junto a un búnker abandonado. Según Jean-Louis, fue su hermano Jean-Michel quien estranguló a las cuatro chicas después de que ambos hubieran abusado de ellas. Jean-Michel, de momento, lo niega todo.
El domicilio de los Jourdain, una desvencijada casucha cuyo jardín está repleto de bicicletas oxidadas y de chatarra de todo tipo, fue ayer objeto de la ira contenida de la gente de la región. La madre de los presuntos culpables, junto con sus cinco nietos, abandonó la casa en una camioneta de la policía protegida por los gendarmes.
En el pueblecito de Outreau (en la costa del noroeste de Francia), donde vivían las víctimas, se desarrolló ayer una marcha silenciosa en memoria de las jóvenes. Marie-José Merlin, madre de dos de las muchachas, dijo que ella y el resto de su familia querían "mostrarse dignos y evitar el escándalo".
En la actualidad hay en las cárceles francesas unas 4.000 personas condenadas por delitos sexuales. El Ministerio de Justicia presentó el pasado enero un proyecto de ley que establece una "doble pena" para ese tipo de crímenes: la privación de libertad y, por otro lado, la aplicación de un tratamiento hormonal inhibidor de la sexualidad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.