Jospin dice que no cumplirá la futura ley francesa contra la inmigración

El líder socialista francés, Lionel Jospin, se comprometió ayer personalmente en la protesta contra el proyecto de ley contra la inmigración impulsado por el Gobierno. Jospin declaró que, como político, no podía "llamar a la desobediencia cívica" propugnada por numerosos intelectuales. "Pero", añadió, "como hombre privado, nadie puede imaginar que alguien como yo, si recibiera a un amigo extranjero y éste abandonara mi domicilio, fuera a denunciar el hecho ante la Administración". El proyecto de ley, de aprobarse, obligará a los franceses a notificar a las autoridades los movimientos de sus invitados extranjeros.La polémica ley, impulsada por el ministro del Interior, Jean-Louis Debré, sigue alimentando la polémica. Los firmantes de los diversos manifiestos contra el proyecto se cuentan ya por decenas de miles. Muchos alcaldes de izquierda han anunciado que se negarán a recibir declaraciones sobre extranjeros, mientras otros, conservadores, han empezado a aplicar la ley antes de ser aprobada y a crear "ficheros de extranjeros". El partido comunista y, más tibiamente, el partido socialista, junto con otras organizaciones progresistas y humanitarlas, se han sumado a la convocatoria de una gran manifestación de protesta en París, el próximo sábado.

El Gobierno conservador, a la defensiva, sigue abriendo puertas para una posible retirada. El primer ministro, Alain Juppé, dijo ayer ante la Asamblea Nacional que si los alcaldes se negaran a convertirse en instrumentos de la nueva ley, la, Administración central se haría cargo de recibir y almacenar las declaraciones. Pero repitió que los diputados podían aún modificar el texto.