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Los fieles dan 3.000 millones al año a su diócesis

Los católicos madrileños aflojan el bolsillo para financiar a la Iglesia. La diócesis de Madrid, que incluye la capital y el norte de a provincia, recauda unos 2.000 millones de pesetas anuales gracias al compromiso de cerca de 70.000 fieles que sufragan una cuota fija anual o mensual. En las colectas de los cepillos, los católicos depositan, al menos, otros 1.000 millones. "En tres años casi alcanzaremos la autofinanciación", afirma el sacerdote Isaías Martínez Riaño, responsable de la financiación diocesana, quien recuerda que la Iglesia no puede dedicarse a especular.

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Cenizas financieras

"Tu constancia es vital. Suscríbete". Este lema figura en carteles y dípticos instalados en las parroquias madrileñas. Antonio Huete, responsable de las campañas publicitarias desde que se iniciaron, en 1992, explica la razón: "Los madrileños son muy generosos, pero muy poco ordenados. Con la suscripción bancaria la diócesis sabe cuánto dinero recibirá, y puede hacer su presupuesto".Esas campañas de suscripción, que han logrado ya cerca de 70.000 abonados, dan a la Iglesia madrileña. una fuente de financiación segura. Según el balance de 1995 (último disponible), los 60.000 suscriptores de entonces aportaron, mediante el abono que se paga vía banco, 1.851 millones de pesetas. Además, la diócesis ingresó ese año 1.141 millones por colectas y recibió otros 541 millones en donativos.

Para 1997 se espera que los cerca de 70.00 abonados aporten en torno a los 2.000 millones de pesetas. Según el Arzobispado, "lo que el Estado aporta a la Iglesia de Madrid supone sólo un 15% del presupuesto de la diócesis".

La financiación estatal a la Iglesia llega por dos vías: por un lado, la aportación de los contribuyentes que deciden que el 0,5% de su impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) vaya a la confesión católica (por este capítulo la Iglesia recibió 11.300 millones en 1995), y por otro lado, a través de una cantidad directa (7.300 millones en 1995).

Gastos de parroquias

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La Iglesia española actúa bajo el principio de la comunicación de bienes entre las diócesis. Ello hace que la madrileña aporte y reciba a la vez dinero de la Conferencia Episcopal. El presupuesto diocesano del año pasado fijaba los ingresos y los gastos en 3.543 millones de pesetas. El de este año aún está sin aprobar. Los ingresos permiten sufragar los gastos de las parroquias, apoyar a las más deficitarias y hacer beneficencia. Por su parte, los templos tienden a la autofinanciación en la medida de lo posible. Las parroquias, unas 400, intentan pagar directamente a sus sacerdotes y empleados. El sueldo de un cura diocesano ronda las 80.000 pesetas mensuales. Por cada trienio y antigüedad recibe 1.000 pesetas.La diócesis tiene el objetivo de la autofinanciación. De ahí que su arzobispo, Antonio Rouco Varela, se haya dirigido por carta a los suscriptores para pedirles que cada uno de ellos capte a otro nuevo: Es la campaña Uno por uno.

La diócesis de Madrid (que engloba a unos cuatro millones de personas) ayuda económicamente a las otras dos existentes en la región: Getafe y Alcalá de Henares. Ambas, de reciente creación, están muy lejos de lograr la autofinanciación.

La aportación de los fieles es, según el responsable de la financiación de la diócesis de Madrid, la forma más lógica de sufragar los gastos de la Iglesia. isaías Martínez Riaño asegura que ya está prácticamente descartada una vía de acopio de fondos tan peculiar como la venta de plazas de aparcamientos. En esta década, al menos una decena de parroquias nuevas se han construido, en parte, con el dinero recaudado . mediante la construcción de garajes en su subsuelo, a manos de la iniciativa privada.

Y es que la construcción de nuevos templos, impulsada con énfasis a partir de los años setenta (cuando pastoreaba la diócesis de Madrid el cardenal Tarancón), ha dado más de un dolor de cabeza a los responsables de finanzas de la Iglesia madrileña. El auge constructor provocó una deuda histórica de unos 2.000 millones de pesetas de la que aún queda por amortizar una pequeña parte.

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