El plutonio viajero

El barco Pacific Teal navega con una carga de plutonio de una tonelada, más o menos, entre Francia y Japón. Según los Gobiernos de estos países, el plutonio no reviste peligro. Otros Gobiernos, como los de Estados Unidos, Reino Unido, Rusia y China, también productores de plutonio, guardan un silencio cómplice. El resto de los Gobiernos de los demás países del planeta exigen que el barco no pase a menos de 200 millas (más de trescientos kilómetros) de sus costas que es lo menos que pueden exigir, aunque todos preferirían que no pasase por ningún lado. La prensa de los diferentes países se limita a publicar las declaraciones de los diferentes Gobiernos, Parlamentos y grupos varios nacionales, quejándose de paso tan cercano, y a veces nos cuentan un poco sobre las enormes medidas de seguridad que rodean al transporte.Los ciudadanos del mundo seguimos sin saber cuál es el fondo y la verdadera necesidad de este escandaloso trapicheo nuclear. Seguimos a oscuras, y se nos hurta una y otra vez un debate a fondo sobre si es o no evitable generar plutonio y si es eliminable o no (más bien parece que no) o si sólo cabe procesarlo o reprocesarlo, bien sea para producir con él más plutonio o para empaquetarlo en cápsulas para ir tirando unos años más (24.000 años, como mínimo, dura su peligrosidad. Un gramo de plutonio puede contaminar mil millones de litros de agua).

Los ciudadanos del mundo vemos, impotentes y asustados, este peligroso peregrinaje, entre el "aquí no pasa nada" de los manipuladores y el "esto puede ser un desastre planetario, si el barco se hunde con los mil kilos de plutonio", del resto de los países. Nos hacen seguir en la inopia sobre los 70.000 kilos de plutonio que cada año generan las 340 centrales nucleares existentes. ¿Qué pasa, que ésos no contaminan 70 veces más? Creo que nos están escamoteando la reflexión de si merece la pena que condenemos a las próximas mil generaciones para generar apenas el 4% de la energía que consumimos los seres humanos en la actualidad.-