Negociación contrarreloj para evitar la huelga de pilotos en EE UU
Entre mínimos indicios de optimismo y mucha firmeza por ambas partes, la segunda línea aérea de Estados Unidos, American Airlines (AA), y sus 9.300 pilotos negociaban ayer contrarreloj para evitar una huelga desde medianoche, que sería contestada con una interrupción total de vuelos por la empresa. La suspensión de vuelos causaría un gran desbarajuste en el transporte aéreo de Estados Unidos y en muchas rutas con Europa y América Latina.
, La suspensión de los 2.200 vuelos nacionales e internacionales de American supondría daños económicos diarios de 200 millones de dólares (28.000 millones de pesetas), según el Departamento de Transportes, además de provocar enormes quebraderos de cabeza a las 220.000 personas que utilizan sus aviones cada día. Antes de conocer el desenlace de las negociaciones de ayer, la compañia ya suspendió 250 vuelos internacionales y 12 nacionales.American, que transporta a uno de cada cinco norteamericanos que vuelan, cubre también rutas europeas y latinoamericanas. En el caso del Caribe, que se encuentra en plena temporada turística alta, supone el 70% de los vuelos.
Kenneth Hipp, el funcionario de la administración que actúa como mediador, mostraba algunas señales de esperanza, pero reconocía que "todos los mediadores son eternamente optimistas, y hay serios problemas que deben ser resueltos antes de la medianoche".
David Bates, portavoz de los pilotos, expresó su pesimismo sobre la posibilidad de una solución, igual que Tim Smith, representante de la compañía. Los pilotos reclaman un 11% de aumento en el salario base y la empresa ofrece un 6%. Hay diferencias serias, además, sobre el empleo de la filial American Eagle -cuyos pilotos son de otro sindicato y cobran menos- para cubrir algunos tramos de puente aéreo con nuevos aparatos de capacidad media.
Si en la negociación no hay acuerdo, se abre la posibilidad de que las dos partes acepten un mediador oficial con capacidad vinculante, algo que la empresa ya ha anunciado que admite pero que los pilotos rechazan.
Si se considera justificado por la repercusión económica, la Casa Blanca puede imponer un Consejo Presidencial de emergencia. La intervención este consejo implicaría la suspensión de la huelga y del cierre patronal durante 60 días. Pasado ese plazo, las partes serían de nuevo libres para actuar comno consideraran conveniente.
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