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La revuelta de Tirana

Un espíritu destructivo parece haberse adueñado de Albania. ( ... ) Desde que se ha esfumado el sueño de la riqueza fácil, el único deseo que parece animar a este país es el de destruir. ( ... ) Y en este clima vacilan todas las certidumbres que parecían ciertas hasta ayer: del deseo de democracia, recuperada después de medio siglo, al de integrarse en Europa. Y es precisamente esta anarquía uno de los factores de la situación actual. Mientras que en octubre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial advertían a los dirigentes de Tirana que había llegado la hora de terminar con el juego de las pirámides financieras, los ex comunistas seguían recuperándose de su enésima derrota electoral, sin aportar ni una idea nueva. ( ... ) Cuando quiebren incluso hasta las compañías consideradas más sólidas desde el punto de vista económico, ( ... ) los albaneses no podrán hacer otra cosa que volver a embarcarse para alcanzar la costa italiana. El milagro económico del que presumía desde hace tiempo el presidente Sali Berisha, está construido sobre la nada. En Albania hay sólo un sector terciario de subsistencia, el resto debe pensarse antes de ponerlo en marcha. Sin embargo, las posibilidades no faltan: hay petróleo, costas, campo, mano de obra barata, una edad media que supera los 27 años. Sólo falta, por desgracia, una clase política. ( ... ) Y es por esta situación por la que la cuestión albanesa corre el riesgo de complicar aún más el equilibrio de los Balcanes.12 de febrero

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