Un etarra amenaza de muerte a Garzón en un juicio en la Audiencia Nacional
, El etarra Iñaki Alonso amenazó ayer de muerte al juez Baltasar Garzón por considerarle responsable del suicidio del también etarra José María Aranzamendi que apareció ahorcado con las manos atadas en su celda de la prisión madrileña de Alcalá-Meco la pasada semana. Alonso, para el que la fiscal solicita 12 años de prisión, estaba siendo juzgado por colocar dos explosivos, que no causaron víctimas, en una estación de Renfe, en 1993, junto con el también etarra Agustín Almaraz. Ambos negaron haberlo hecho.
Tras su interrogatorio, Alonso afirmó: "Lo de ayer [en referencia a los asesinatos de Madrid y Granada] fue una consecuencia de la actitud de todos ustedes, que son los responsables". Y, después de enfatizar que Aranzamendi fue asesinado, añadió: "El juez Baltasar Garzón tendrá que pagar con su vida por ello".
La pancarta de Lasarte
Poco después, Valentín Lasarte, miembro del comando Donosti de ETA, fue juzgado por el asesinato del industrial guipuzcoano José Manuel Olarte, en San Sebastián en 1994. Es su primer juicio, puesto que que está procesado como autor de varios crímenes más. La fiscal pide para él 29 años de prisión.
Curiosamente, el etarra consiguió introducir en la sala blindada de la Audiencia, en la que fue juzgado, una pancarta que desplegó al final. Estaba confeccionada con un trozo de sábana de poco más de un metro de largo por unos 70 centímetros de ancho y en ella se leía el lema: "Katxue - Txo erahillak (asesinados). Múgica - Oreja asesinos".
Katxue y Txo corresponden respectivamente a los apodos de Aranzamendi y Eugenio Aramburu, dirigente de Herri Batasuna. Ambos se han ahorcado en estos días en su prisión, el primero, y en el caserío de un hermano, en Mallabia (Vizcaya), el segundo. Sin embargo, Lasarte afirma que la verdad es que han sido asesinados.
El etarra, que obligó a que una intérprete tradujera sus manifestaciones del euskera a pesar de que en alguna ocasión se le escapó alguna respuesta en castellano, negó haber asesinado a Olarte y afirmó haber sido torturado.
La fiscal solicitó que se leyera su declaración ante Garzón del 30 de marzo de 1996. En ella Lasarte manifestaba que no declaró ante la Ertzaintza (policía autónoma vasca) por haber sido presionado y porque durante cinco días no pudo dormir y tuvo unas taquicardias para las cuales no le suministraron medicamentos.
El etarra agregaba que en aquel momento declaraba libre y voluntariamente y, a continuación, reconocía ser miembro de ETA, haber comprado el arma utilizada para matar a Olarte y haberle asesinado en la sociedad la Unión Artesana de San Sebastián, en la que le había visto jugando a las cartas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.