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VIOLENCIA EN EL PAÍS VASCO

2.000 personas corean a ETA en el homenaje a Aranzamendi

, Unas 2.000 personas despidieron ayer en Elorrio (Vizcaya) al presunto miembro de ETA José María Aranzamendi entre gritos a favor de la organización terrorista y en contra del PNV.

Los organizadores del acto criticaron con dureza al alcalde de Elorrio, el peneuvista José María Fernández Arroiabe, por negarse a celebrar un pleno extraordinario para denunciar la muerte de Aranzamendi y la política de dispersión de los presos de ETA, como había pedido HB.

Minutos antes de las 16 horas, entró en la localidad la comitiva encabezada por el furgón fúnebre, que había abandonado el cementerio de Alcalá de Henares (Madrid) sobre las diez y media. El féretro fue llevado a hombros entre dos filas de ikurriñas hasta la plaza del pueblo, donde se situó la capilla ardiente.

El ataúd fue colocado en medio de la plaza cubierto por una bandera vasca y por el anagrama de la organización terrorista. De la fachada del Ayuntamiento colgaba una enorme ikurriña con un crespón negro, un cartel con la palabra "Arnnistía" y otra pancarta con el lema: "No se puede matar el espíritu de un pueblo. Katxue [apodo de Aranzamendi] te recordamos".

En la balconada del consistorio se había colocado una fotografía del preso. Asistieron al homenaje los dirigentes de Herri Batasuna Juan María Olano, Gorka Martínez y José Luis Elkoro, así como el coordinador en Vizcaya de las Gestoras Pro Amnistía, Aitor Jugo.

Gritos contra el PNV

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Sobre las 18 horas, el público que se encontraba en silencio en la plaza empezó a aplaudir ante la llegada de los familiares del preso. En esos momentos se sucedieron los gritos a favor de ETA y en contra del PNV, al que tacharon de "español".

Algunos grupos aislados pidieron la muerte del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, secuestrado por ETA en enero de 1996, al grito de "Ortega Lara, ejecución".

Después del funeral, el ataúd fue colocado a un lado del catafalco preparado para el homenaje junto al edificio consistorial. Tras bailarse un aurresku de honor, amigos, bertsolaris (improvisadores de versos) y compañeros de partido rindieron el último homenaje a Katxue.

Juan María Olano intervino en euskera para asegurar que en Euskadi hay demasiada gente que vive del conflicto vasco y que no tiene prisa por buscar una solución. "Pero nosotros tenemos prisa, y mucha", aseguró. "Queremos a los presos sanos y vivos, en casa".

Durante su intervención, dos encapuchados salieron al estrado, dieron un beso a los familiares y colocaron el anagrama de ETA. Al término del homenaje, que se prolongó durante casi cuatro horas, el féretro con los restos de Aranzamendi fue conducido al cementerio de Elorrio, donde recibió sepultura.

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