González acusa a Aznar de poner en peligro la convivencia por "intimidar al discrepante"

Los socialistas quieren recuperar el poder convenciendo y no porque una crisis de Gobierno les lleve a recibir la responsabilidad de gobernar. "Hay que ganar el poder y no que se nos caiga encima ni que llegue porque haya un vacío". Así se expresó ayer el secretario general del PSOE, Felipe González,ante el comité federal de su partido, máximo órgano de dirección socialista. Ni González ni los demás intervinientes en esta reunión nterna anduvieron con paños calientes al criticar la actuación del Gobierno de José María Aznar. "El PP pone en crisis la convivencia en virtud de la intimidación que ejerce contra el discrepante", dijo el líder socialista. Aun así, pidió a su partido que sea equilibrado en la forma de hacer oposición.

, El comité federal acordó dar el visto bueno a la celebración del 34º congreso del PSOE los días 20, 21 y 22 de junio. Pero el plato fuerte fue el análisis, duro, de la situación política. Felipe González "abrumó a sus compañeros" durante más de hora y media, según expresión de uno de los asistentes. Hizo una descripción casi universal de la labor del Ejecutivo de José María Aznar entremezclando algún chiste, anécdotas y comentarios en tono muy informal. Muchos de los asistentes rememoraron al Felipe González de antes de ser presidente del Gobierno.El aspecto más llamativo de su. intervención fue su convencimiento de que el Gobierno "pone en peligro la convivencia con la intimidación de las opiniones discrepantes". González tachó de "autoritaria" la actitud del Ejecutivo del PP y no dudó en señalar que se vive "una crisis de la política". "A pocos meses de perder las elecciones, el partido debe prepararse para cualquier eventualidad dado el rápido desgaste del Gobierno", aseguran que dijo González.

Como esta afirmación pudiera interpretarse como que González estaba anunciando elecciones anticipadas, tres miembros de la ejecutiva federal se apresuraron a negar ese supuesto, al menos para este año. Lo rechazaron Cipriá Ciscar, Ludolfo Paramio y Alejandro Cercas. "Hay que ganar el poder y no que se nos caiga encima; no gobernar porque haya vacío de poder", continuó González.

El líder socialista antepuso la forma de gobernar de Aznar y la forma en que el PSOE debe hacer oposición. Utilizó el vocablo "administrar" para señalar cómo hay que actuar. Si se va demasiado lejos, se precipita la crisis, explicaron varios dirigentes socialistas. No hay que tensar la cuerda, dijo González, sino hacer oposición "con pincel fino". Pero tampoco hay que quedarse corto; se debe responder "a las agresiones".

Quienes tomaron la palabra ahondaron en la tesis de que el Ejecutivo sigue actuando "de oposición a la oposición", "crispa y está crispado". Como ejemplos se citó la supuesta amnistía fiscal encubierta que el PP atribuye al PSOE, el endurecimiento de los populares con las comunidades que rechazan la nueva financiación autonómica; la bonificación fiscal "en beneficio de las rentas de capital" y las privatizaciones.

A modo de recordatorio, el secretario general del PSOE expuso el catálogo de asuntos en los que el PSOE debe procurar el consenso con el Gobierno y aquéllos en los que ya de antemano los socialistas se declaran adversarios. Entre los primeros está la concepción del Estado autonómico, el terrorismo, la justicia y la política exterior. El enfrentamiento está asegurado en la política educativa, la sanidad y las privatizaciones. Un epígrafe con mayúsculas en el que González se situó beligerante fue lo que llamó "lucha por las libertades constitucionales y los derechos individuales".

Casi terminaba la discusión política y no se había hablado de Izquierda Unida. González llamó la atención sobre ese hecho. Según relató Ciscar, el PSOE "tiende la mano a IU". Antes vino la crítica. Se reprochó a Julio Anguita que dedique toda su reflexión al PSOE y no se acuerde del Gobierno de la derecha.