Condenada a 13 años de cárcel la mujer que envenenó al marido con matahormigas
La acusada dice que sólo pretendía tranquilizar al cónyuge, que sufre graves secuelas
Las gotas de matahormigas que durante más de un año le administró a su marido le han costado a Remedios Pérez 13 años de cárcel. La Audiencia Provincial de Valencia entiende que la condenada intentó matar a Arturo, Vilaplana y que sabía que el insecticida contenía arsénico. Ella afirmó que le suministraba "sólo una o dos" gotas del insecticida con el fin de "tranquilizarle" para que no la maltratara y que en ningún momento pretendió asesinarle. La sentencia afirma que Pérez sufre un trastorno de la personalidad que afectó "muy levemente" a su conducta.
, El matrimonio se separó en 1982, quedando Arturo Vilaplana al cuidado del único hijo. La convivencia se restableció 12 años más tarde, pero las relaciones entre ambos cónyuges no mejoraron.Remedios Pérez afirmó durante el jucio que su marido le insultaba y le agredía. Para remediarlo compró tres frascos de matahormigas. En marzo de 1994 comenzó a administrarle unas gotas del insecticida, ("sólo una o dos") lo que, según su versión "le tranquilizaba" y evitaba que la maltratase. Esa era su intención, y no la de matarle, sostuvo en sus declaraciones.
La Audiencia Provincial de Valencia no lo entendió así, y afirma en su sentencia que Pérez "conocía, ya que convivía con la víctima, todos los trastornos físicos y síntomas" relacionados con la ingesta de arsénico, lo que "desvirtúa totalmente las declaraciones exculpatorias de la procesada en el sentido de que sólo le echaba una o dos gotas".
Por ello la ha condenado por parricidio en grado de tentativa con la agravante de alevosía, dado el medio utilizado, "oculto y alevoso", y dada "la frialdad que supone el conocimiento de los padecimientos de la víctima".
Vilaplana fue ingresado en cuatro ocasiones al sufrir diarreas, vómitos, conjuntivitis y pérdida de fuerza en las piernas, además de otros síntomas. Después de los ingresos Pérez "seguía administrándole en las comidas o cenas una o dos gotas diarias, y en ocasiones más cantidad, dados los síntomas y el cuadro clínico" que presentaba la víctima.
Lo hizo hasta septiembre de 1905. No fue hasta entonces, cuando se le detectaron niveles de arsénico en pelos y uñas 15 o 20 veces superiores a los normales, que los médicos hallaron la verdadera causa del evidente deterioro físico de Vilaplana.La víctima deberá ser indemnizado con 6.767.000 pesetas ya que no pudo acudir a su puesto de trabajo durante 589 días y sufre graves secuelas. Ahora debe caminar apoyándose en un bastón.
Trastorno muy leve
La Audiencia Provincial aplicó por analogía la atenuante de enajenación mental, ya que, según afirma la sentencia, Pérez sufre "un trastorno de la personalidad, consistente en la presencia de rasgos paranoides, que se caracteriza por un patrón de desconfianza, suspicacia y agresividad encubierta". Ello, unido a "las desavenencias constantes, al deterioro de la relación con su marido" y al "deseo de vengarse al sentirse injustamente tratada", disminuyó "muy levemente" la capacidad de autodeterminación de la condenada.
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