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VIOLENCIA EN EL PAÍS VASCO

Atutxa rechaza la hipótesis de que Olaciregi fuera asesinado por delatar al etarra Lasarte

El asesinato de Eugenio Olaciregi sigue siendo una incógnita, aunque la policía se asienta cada vez más en la hipótesis de que este hombre fue considerado por ETA como el principal sospechoso de haber dado a la Ertzaintza la pista que sirvió para capturar al activista Valentín Lasarte. Como otras veces, la mera sospecha puede haber sido considerada suficiente por ETA, pese a que el mismo día en que fue capturado Lasarte, el 25. de marzo pasado, no sólo compró dos bicicletas en la tienda donde trabajaba Olaciregi, sino que también fue visto por cientos de personas en un hipermercado de Oiartzun.

, La Ertzaintza encontró ayer, entre unos setos, un casquillo de bala del calibre 9 parabellum en la zona donde el pasado jueves fue asesinado Olaciregi. El hallazgo de esta vaina, correspondiente a la munición habitual de ETA, confirma la autoría de la banda y que el asesinato fue perpetrado con una pistola y no con un revólver, como se pensó inicialmente al no hallarse el casquillo.Valentín Lasarte y su compañera del comando Donostia compraron dos bicicletas en el Hiper Bike de Oiartzun donde trabajaba Eugenio Olaciregi. Este era un dato que, según uno de los seis compañeros de la víctima, ellos ignoraban. "Nos hemos enterado ahora de eso porque ni Eugenio ni ningún otro comentó nada ni aquí vino nunca la Ertzaintza", explicó.

"La verdad es que estamos asustados, pero suponemos que si la Ertzaintza dice que Lasarte compró las bicis aquí es porque le encontraron los tickets de compra o las tarjetas de garantías", añadió otro empleado.

Los traumatizados compañeros de la víctima le daban ayer vueltas al asunto tratando de encontrar una explicación. "Lo único que podemos pensar es que Eugenio, que era un tipo de esos que se desvive por la gente, que es supersimpático, atendiera a Valentín Lasarte, y que éste se mosqueara al ver su actitud y creyera que le había reconocido..."

Es una hipótesis que la policía considera seriamente. "Es posible, desde luego", apuntan fuentes policiales, "que Valentín Lasarte hiciera recaer en su autocrítica sus sospechas en el empleado que les vendió las bicicletas". Les etarras llaman la autocrítica al escrito en el que el detenido comunica a los jefes de la organización los pasos que ha dado, los fallos que ha tenido y las causas que pudieron propiciar su detención.

El consejero Atutxa negó que haya un sólo dato que permita indicar que fue Olaciregi quien telefoneó a la Ertzaintza en la tarde del 25 de marzo para alertar de la presencia de Lasarte en la zona.

Factura de las bicicletas

Tras asistir al funeral por la víctima, Atutxa afirmó que el activista no llegó a entrar en el comercio donde trabajaba ésta, sino que lo hizo su compañera de comando, Idoia Arrieta, quien adquirió las dos bicicletas que llevaban cuando ambos fueron capturados. El vale de compra fue encontrado en el bolso de esta mujer y la garantía estaba a su nombre, lo que demostraría que Olaciregi no fue quien alertó a la Ertzaintza. El responsable vasco de Interior apuntó que además de acudir a Hiper Bike, "donde había más personas atendiendo al público y otros clientes", Valentín Lasarte visitó ese mismo día un centro de planificación familiar de Rentería en el que pidió hora para someterse a una vasectomía y entró en un gran centro comercial de Oiartzun.

Según Atutxa, ese mismo día y en fechas anteriores, la Ertzaintza recibió numerosas llamadas de ciudadanos que decían haber visto al activista del comando Donostia. "Suponer que la última víctima de ETA fue quien telefoneó a la Ertzaintza es un ejercicio sumamente aventurado", indicó el responsable de Interior.

Lasarte no respondía precisamente al modelo del terrorista discreto y riguroso en el cumplimiento de las medidas de. seguridad. Cuando su foto había sido difundida a través de los pasquines del Ministerio de Interior, vecinos de San Sebastián dijeron haberle visto paseando por la Parte Vieja de la ciudad y saludando, incluso, a los conocidos con los que se cruzaba. Asimismo, tras el atentado frustrado contra el cuartel de la Guardia Civil en Arnedo (La Ríoja), el activista olvidó su documentación en una roulotte en Otazu. (Álava) en la que se refugiaron él y el resto del comando.

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