El Betis deja en Tenerife casi resuelto
El Betis volvió a demostrar ayer que es uno de los equipos más efectivos de España y logró encarrilar la eliminatoria ante la desesperación del Tenerife y su afición. Salvo los primeros 25 minutos, el equipo andaluz controló en todo momento el choque, con una defensa firme y una tela de araña en el centro del campo que impidió a su rival evolucionar con facilidad. Si a eso se añade la efectividad en sus llegadas a puerta, se puede considerar lógico y justo el resultado final.El Tenerife sólo apretó con peligro al comienzo del choque, y tuvo una clarísima oportunidad en el primer minuto, en una escapada de Juanele cuyo disparo rechazó Jaro en su salida. Después de nuevos intentos por acercarse a la portería bética, el juego del Tenerife decayó y el equipo andaluz se hizo dueño de la situación.
Al Tenerife no le bastaba la movilidad de Robaina y Juanele para acercarse con peligro a las inmediaciones de Jaro. La sólida defensa verdiblanca, unida a la disciplina táctica de jugadores como Ríos o Alexis fue suficiente para acabar con los esfuerzos del Tenerife por adelantarse.
En la isla se temía la presencia de Pier, jugador procedente de la cantera tinerfeña, y que casi siempre marca cuando se enfrenta a su ex equipo. Ese temor se convirtió en desolación cuando, al filo del descanso, el delantero hispano-italiano anotó el primer gol del Betis, que no quiso celebrar delante de los que fueron sus seguidores. Este tanto psicológico, junto a una posterior oportunidad muy clara de Alfonso, pesó como una losa al Tenerife, que en el segundo tiempo fue incapaz de superar el esquema de Serra Ferrer.
La desesperación canaria fue en aumento y se hizo absolutamente patente cuando, en un despiste de su defensa, Kowalczky marcaba el segundo gol a los 10 segundos de entrar en el campo en sustitución de Pier. El desasosiego fue mucho mayor debido a que este gol bético se produjo minutos después de que Neuville gozara de la única ocasión clara que tuvo el Tenerife en la segunda parte para empatar. Fue la puntilla final y el remate a una faena práctica que puede llevar al Betis a los cuartos de final.
