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La derecha italiana desafía el liderazgo de Silvio Berlusconi

Silvio Berlusconi ha pasado en sólo dos años de cruzado del anticomunismo a fiel interlocutor de Massimo D'Alema, el líder socialdemócrata que encarnaba el supuesto peligro rojo denunciado por el Cavaliere. La política italiana gana en estabilidad con este diálogo que debería traducirse en una reforma del sistema político, pero sus dos protagonistas pierden liderazgo, por las polémicas que esa actitud suscita en sus respectivas coaliciones.

Berlusconi parece el más amenazado. Sus aliados del Polo de las Libertades, coalición de centroderecha, dudan de que esté actuando por intereses genuinos.El famoso conflicto entre los intereses de un ciudadano que trata de convertirse en líder político sin renunciar a sus inversiones en empresas televisivas, que, para más inri, operan por concesión del Estado, sigue siendo, pues, la gran sombra que persigue al líder de Forza Italia, tanto hoy como cuando fundó su partido. La novedad consiste en que, si el problema fue agitado inicialmente por la izquierda, hoy es principalmente la derecha quien lo azuza.

Francesco Cossiga declaró el pasado domingo a La Stampa que Berlusconi "se está convirtiendo en un freno al nacimiento de un gran partido liberal democrático. Debe dar un paso atrás como empresario". El ex presidente de la República y dos veces ex primer ministro no pertenece al Polo, pero constituye la figura de referencia para los aliados de Berlusconi.

Otro admirador de Cossiga es Gianfranco Fini, el líder de Alianza Nacional, que coincide en que "el conflicto de intereses de. Berlusconi existe y es real, aunque la izquierda lo instrumentalice". El derechista Fini ha sido el principal opositor al diálogo con el centro-izquierda sobre las reformas impulsado por el líder de Forza Italia, del mismo modo que, en la izquierda, el comunista Fausto Bertinotti ha hecho todo lo posible por agudizar las protestas que D'Alema deberá afrontar en el próximo congreso de su partido.

A primeros de enero, Berlusconi casi tuvo que interrumpir unas vacaciones familiares en Estados Unidos porque Fin¡ estaba aprovechando su ausencia para marcar una línea de reforma del sistema distinta a la dialogante promovida por el líder. Ahora, cuando Berlusconi ha llamado a la unión de todo el Polo en un solo partido de centro, como parece lógico si el sistema político reformado se estructura en tomo a la alternancia entre dos bloques, Alianza Nacional le ha respondido que no.

Por su parte, el líder de Forza Italia, que ha reformado su grupo empresarial para reducir su propiedad plena hasta un 51%, no quiere ni oír hablar de conflicto de intereses. Dice que es un falso problema creado por "el guiñol de los políticos italianos".

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Queda el hecho de que tiene pendientes los varios procesos instruidos por el ex fiscal Antonio Di Pietro sobre su actividad de empresario, y de que la reforma de la justicia es uno de los temas sobre los que Berlusconi está dialogando con el líder del PDS. Precisamente ayer fueron absueltos Paolo Berlusconi, hermano de Silvio, y Cesare Previti, ex ministro de Defensa de éste, de la acusación de haber complotado para lograr la renuncia a la magistratura del ex fiscal símbolo de Manos Limpias. Según el Tribunal de Brescia, el compló no existió.

Y queda aún quelas televisiones de Berlusconi están pendientes de una reforma exigida por la sentencia del Constitucional que las declaró excesivas para lo que prevé la ley antimonopolio. La reforma deberá ser promovida por el Gobierno hacia junio, por las mismas fechas en que el acuerdo sobre las reformas debería hacerse efectivo.

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