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Zerual promete combatir a muerte el terrorismo y las redes internacionales que lo apoyan

Argelia combatirá hasta el final a los grupos terroristas y a aquellas organizaciones internacionales e internacionales que los apoyan, aseguró ayer el presidente de la República, el general Liamín Zerual, en un discurso dirigido a la nación. Con este mensaje, Zerual rompe el silencio mantenido porel Gobierno en los últimos meses, a pesar de la oleada de atentados y violencia, que sólo en las dos primeras semanas de este Ramadán se ha cobrado 249 muertos.

El presidente Zerual, que se hizo cargo del poder hace tres años, no realizó en su discurso ninguna mención o referencia a la posibilidad de un diálogo con las fuerzas políticas de la oposición democrática, modificando de esta manera sus posiciones anteriores en las que había tenido especial cuidado en mantener una puerta entreabierta.Zerual en un tono bélico y firme equiparó las actividades de los grupos terroristas a las de los partidos de la oposición democrática, y aseguró que las fuerzas que participaron en la cumbre coordinadora de Roma hace dos años -Frente de Fuerzas Socialistas, Movimiento para la Democracia en Argelia, reformadores del Frente de Liberación Nacional y Frente Islámico de Salvación buscaban también como único objetivo "la destrucción de Argelia".

El general responsabilizó a todos ellos de la oleada de violencia que padece Argelia, desde noviembre de 1994, y que en su opinión trata de "interrumpir el éxito del proceso democrático" iniciado el pasado mes de noviembre con la celebración del referéndum constitucional, y que deberá "culminar con la celebración de las elecciones legislativas".

"Argelia superará estas dificultades. El Estado combatirá hasta el final a estos grupos que intentan abortar los proyectos de Argelia para culminar el proceso electoral. A todos ellos, a los del interior y el exterior, me dirijo para decirles que estas tentativas van a fracasar", aseguró Zerual al Final de un discurso de poco menos de 20 minutos de duración.

Las palabras del presidente difícilmente podrán tranquilizar a una población conmocionada y dolorida por esa oleada de violencia perpetrada por las fuerzas de seguridad y los grupos integristas radicales, que en los últimos cinco años ha ocasionado al menos 50.000 muertos, según cifras reconocidas por el propio Gobierno.

El mensaje bélico de Zerual no hará más que acrecentar la inquietud de los supervivientes del pueblecito de Baba Alí, en las afueras de Argel, donde el miércoles por la noche un supuesto comando fundamentalista compuesto por unas veinte personas, asaltó una granja aislada y degolló a 15 miembros de una misma familia, entre los que se encontraban 10 mujeres.

Las víctimas fueron asesinadas a golpes de hacha y palas y algunos de los cuerpos fueron decapitados y desmembrados, como el de la mujer, a la que tras haberle dado muerte, los atacantes decidieron arrancarle un pecho y metérselo en laboca. Todo ello sucedió ante la presencia impotente de dos familiares, que lograron salvar la vida, pero que se encuentran gravemente heridos.

La matanza de estos granjeros de Baba Alí no ha sorprendido a los vecinos que sufren desde hace cinco años las violencias de los grupos armados, sea el Ejército, las milicias civiles o la guerrilla integrista, y que acababan de vivir una tragedia similar, acaecida en un finca cercana, conocida con el nombre de Hauch Pino, donde el día anterior otro grupo había asesinado a otros 22 campesinos.

Estas muertes han tenido como escenario la región de La Mitiya, una rica planicie. agrícola, que rodea el Gran Argel y que durante la época colonial francesa se convirtió en sede delos más ricos y prósperos terratenientes. Esta región, que fue en las décadas setenta y ochenta una zona de especulación urbanística, es hoy un verdadero campo de batalla entre las fuerzas de seguridad y la guerrilla integrista. Los vehículos blindados patrullan permanentemente durante el día por sus carreteras comarcales. Lo hacen en grupo formando un largo convoy. En La Mitiya las carreteras aparecen dinamitadas, los puentes volados, las gasolineras asaltadas o quemadas, las líneas de teléfono cortadas y en muchas ocasiones falta también suministro de agua y electricidad. Todo ello ha provocado, desde hace meses, la deserción de una, gran parte de la población que ha preferido refugiarse en los suburbios de Argel.

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