"En Madrid me da tiempo a leer dos horas al día, pero en metro"
Trabaja como técnico en el grupo socialista de la Comunidad, aunque desde hace tiempo piensa en presentarse a unas oposiciones para convertirse, definitivamente, en profesor. "Así tendría más tiempo para escribir", dice. Nació en 1952 en un barrio humilde de Ventas, cuando la ciudad, era "más provinciana, más cerrada, más de pueblo, pero con trabajo?". A los 17 años entró casi al mismo tiempo en el Banco de Vizcaya y en el PCE. Ha sido diputado, a veces practica la crítica literaria, proporciona ideas urbanísticas a sus compañeros socialistas y por la noche, cuando todo se ha acabado, se pone a escribir. Lleva publicados cuatro libros de poesía y tres novelas. Su último libro de versos acaba de ganar el prestigioso Premio Esquío y se publicará en febrero.Pregunta. ¿De dónde saca tiempo para escribir tanto?
Respuesta. De todos los sitios. Por ejemplo, aprovecho el metro,, desde que era joven, para leer. Leo cada día dos horas, pero siempre dentro, en el metro.
P. ¿Qué dicen de Madrid sus libros?
R. Hay una novela, titulada. El lento adiós de los tranvias, donde hablo del Madrid de los primeros setenta, de cuando descubrí la política y la literatura, del verano que me convirtió, en adulto. Siempre hay un último verano. Entonces Madrid era más provinciano, más pequeño y más próximo; aunque ya empezaban a construirse los pasos elevados. Era también mucho más cerrado e inculto.
P. ¿Y ahora?
R. Ahora es mucho más cosmopolita, más abierto, mejor; pero hay un peligro: lentamente se está convirtiendo en una ciudad concebida sólo para los coches y no para las personas. Esto se demuestra en la proliferación de túneles y en la falta de espacios sólo para los peatones. También, pienso, es una ciudad especialmente dura para los madrileños jóvenes.
P. ¿Por qué?
R. Porque, como decía el poeta [Luis Cernuda], hay una gran distancia entre la realidad y el, deseo. Cuando alguien que ahora tiene 18 años escriba la novela del Madrid de los noventa -porque para él llegará también su último verano-, supongo que, apuntará la enorme distancia entre las esperanzas de los jóvenes y luego la cruda realidad del mercado y de la falta de trabajo.
P. También lleva un programa de radio.
R. Es cierto. Se llama Libromanía. Lo hago con otros dos compañeros escritores. Es el único programa en la radio, creo, dedicado sólo a los libros. Ahora Sánchez Dragó va a hacer uno en televisión. ¡A lo mejor tenemos ahora que cambiar el horario!
Libromanía, en Europa FM, en el 91.0; los Miércoles, de 21.00 a 22.00.
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