Carles Moyà abre el futuro
El mallorquín superó a Mantilla y se enfrentará a Chang en las semifinales
Carles Moyá firmó ayer la primera página de lo que puede ser el futuro inmediato del tenis español. El mallorquín, de 20 años, se clasificó para las semifinales del Open de Australia de tenis tras derrotar al barcelonés Félix Mantilla en cuatro mangas. Ni ellos dos, ni Albert Costa, que hoy a las nueve de la mañana (La 2) debe enfrentarse al número uno del mundo, Pete Sampras son aún muy conscientes del papel que están desempeñando. Pero es evidente que están rompiendo los esquemas preestablecidos y están elevando el listón a cotas impensables hace sólo un lustro.Los dos triunfos de Sergi Bruguera en Roland Garros, en 1993 y 1994, abrieron la puerta a la generación actual. Ahora, con 26 años, Bruguera parece en el camino de recuperar su línea habitual de juego -tras dos años perjudicado por las lesiones- y de sumarse de nuevo a la explosión que él mismo inició. Sin embargo, ya no está solo. El trayecto por el circuito profesional les puede resultar mucho más placentero a todos, porque hay cuatro o cinco jugadores de gran calidad y porque su círculo no se cierra ya en la tierra batida.
"Creo que el principal cambio ha sido mental", reconoció ayer Moyá. "Nos hemos dado cuenta de que donde más dinero, puntos y prestigio se gana es en superficies rápidas y nos hemos puesto a trabajar en ellas". Su éxito al clasificarse para estas semifinales australianas, algo que no ocurría con un español desde que Andrés Gimeno lo lograra en 1969 cuando perdió la final ante Rod Laver, y la presencia de otros dos jugadores -Mantilla y Costa- en los cuartos de final abren una nueva perspectiva para los españoles.
Se han ganado el respeto del resto de jugadores del circuito y de los medios de comunicación internacional, donde siempre se lo habían negado. Y Moyà, concretamente, aporta un nuevo aspecto hasta ahora desconocido en este país: una imagen impactante, que unida a su calidad tenística, puede lanzarle al mundo de la mercadotecnia internacional.
"Ya me han llamado de todo comentó ayer Carles cuando se le hizo notar que un periódico australiano le había apodado Rey Carlos de España. "Pero no hay que hacer mucho caso de todo eso. Les agradezco su apoyo, pero me limito a jugar mis partidos. Soy consciente de que si el año que viene pierdo en la primera ronda, todo habrá concluido".
Sin embargo, jugando al nivel actual eso no será fácil. Ayer, Moyá y Mantilla, ambos entre los 20 primeros del mundo, ofrecieron un espectáculo de una calidad poco habitual. Nadie puede tildarles de baseliners (jugadores de fondo de pista), porque la combinación de golpes que esgrimieron sólo pueden realizarla tenistas de gran calidad. Moyá sirvió a 193 km / h y dejó la huella de su talento en algunas dejadas de volea, con cambios de ritmo impresionantes, con un 1 drive que hizo estragos sobre el segundo saque de Mantilla y con 42 subidas a la red. Mantilla no es tan genial, pero posee una consistencia física y mental que suple sus deficiencias.
Durante el encuentro, Moyá sólo tuvo un momento de duda, cuando iba ganando por dos sets a cero y 5-4 en el tercero. Con su saque estuvo dos veces a dos puntos del partido, pero dejó escapar sus opciones. Mantilla lo aprovechó para ganar la manga y para poner en evidencia que Moyá aún puede mejorar. En semifinales, frente a Chang, segundo jugador mundial, el mallorquín no podrá permitirse ningún tipo de error.
Mantilla se quejó ayer de que los organizadores cerraran la plataforma que cubre la pista central de Flinders Park para evitar los devastadores efectos del calor -hasta 50 grados-. "Estoy convencido de que con sol y viento el partido habría sido distinto. Si eso se lo hacen a Muster, seguro que se niega a jugar", concluyó.,
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