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Tres forenses dicen que Susana murió de infartos, y uno, por un golpe en la cabeza

El cadáver de Susana Ruiz se halla aún, desde su exhumación en el cementerio burgalés de Palacios de la Sierra el 28 de febrero del año pasado, en una cámara frigorífica del Instituto Anatómico Forense de Madrid. La juez Ana Ferrer ordenó desenterrarlo para que se le practicase una segunda autopsia que despejase las dudas de la familia sobre las causas de su muerte, atribuida inicialmente a factores naturales. Sin embargo, casi un año después de la exhumación, y a falta del resultado de dos pruebas -una sobre el hígado y otra de anatomía patológica-, los peritos siguen sin ponerse de acuerdo sobre las causas de su muerte.Según fuentes de la investigación, tres de los cuatro peritos que se encargan de la segunda autopsia (dos de ellos también intervinieron en la prime ra), sostienen que la chica sufrió "cinco microinfartos" la madrugada del 9 de enero cuando se dirigía sola a su casa por un descampado situado entre San Blas y Coslada. Susana, de 16 años, había estado esa noche en una fiesta de cumpleaños celebrada en un caserón abandonado. Su cuerpo fue hallado 45 días después en una escombrera, semienterrada y con las bragas bajadas, distante 500 metros del caserón. El forense de la familia de Susana, José Ramón Civantos, discrepa de la hipótesis de los microinfartos como causa de la muerte. A su juicio, nadie "muere de pequeños infartos". Según él, la muerte de Susana fue violenta: "Tiene un fuerte golpe en la cabeza", subraya.

Los cuatro forenses encargados de la segunda autopsia se reunieron el pasado 9 de diciembre en el Anatómico, a instancias del nuevo juez instructor, José Emilio Coronado, con la idea de redactar un informe definitivo sobre la muerte de Susana. Hubo discrepancias, y, finalmente, acordaron efectuar las dos pruebas antes citadas. La del hígado tiene como objeto verificar si se produjeron los citados microinfartos.

Fuentes próximas a los peritos que sostienen que no hubo violencia en la muerte de Susana aseguran que la chica, cuando se dirigía por el descampado a su casa, se detuvo para hacer sus necesidades y en ese momento sufrió los microinfartos. Esto explicaría, según esta versión, el hecho de que su cadáver fuese hallado con las bragas bajadas. "Lo que se ignora es si murió en ese instante u horas después como consecuencia del frío que hacía aquella madrugada".

Celeridad

El juez ordena que las pruebas se hagan con celeridad para que Susana sea inhumada

El pasado 9 de enero se cumplieron cuatro años desde de celebración de la fiesta de cumpleaños en la que se vio por última vez con vida a Susana.El caso judicial de Susana Ruiz se cerró por primera en julio de 1994, al entender la juez instructora que su muerte se debía, tal como le indicaron los forenses en su informe, a causas naturales. En concreto, a una parada cardiaca en la que confluyeron varios factores combinados: un edema de pulmón, la ingesta de sustancias tóxicas y el frío que pudo sufrir Susana aquella noche.

Tras el cierre del caso, la Audiencia Provincial de Madrid ordenó que se reabriese y se profundizase en la investigación.

El detonante de la reapertura del caso fue un diario, obra de un cabeza rapada de Alcobendas, en el que se atribuía la muerte de la chica a los skins del grupo neonazi Bases Autónomas. El relato resultó pura imaginación.

Luego, un preso de la cárcel de Guadalajara abundó en la tesis de que los rapados estaban detrás de la muerte de Susana, pero su testimonio se reveló también falso.

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