El "show" de Toshack incendia Riazor
El Athletic empata en La Coruña con bronca del público al entrenador local
Riazor vivió una tarde esquizofrénica, en la que se dieron la mano, en un absurdo hermanamiento, el buen fútbol y el espectáculo grotesco de un entrenador que disfruta peleándose con el mundo entero. No hay mayor crimen futbolístico que robar la alegría a la gente cuando el juego se está mostrando con toda su hermosura y generosidad. Pero John Toshack es de esa clase de tipos que no pueden dejar de hacerse notar. Y el galés estropeó ayer la fiesta en Riazor con una decisión disparatada que malhumoró a la concurrencia y enturbió el ambiente sin remedio: a la media hora envió a la ducha a Rivaldo, que hasta entonces estaba completando su actuación más luminosa en muchas semanas. La hinchada se alzó en armas contra el banquillo, y ese desdichado enfrentamiento acabó emborronándolo todo, incluida otra portentosa actuación de Songo'o, que está acostumbrándose a erigirse en el héroe cotidiano del Deportivo con una sonrisa de desconcertante naturalidad. Los reflejos del camerunés postergaron hasta el momento final un empate que el Athletic había merecido en un nuevo ejercicio de voluntad y fe en la victoria.Afortunadamente, este Deportivo tiene futbolistas suficientes para tapar cualquier ausencia y el conjunto coruñés desató el partido con un fútbol vibrante, profundo, siempre construido a partir del toque cálido y preciso. El gol llegó muy pronto, tras un clamoroso penalti a Manjarín, y el Athletic no es de esa clase de equipos que capitulan al primer contratiempo. Luis Fernández echó su gente hacia adelante y el público disfrutó de media hora de fútbol intenso y espléndido, con acometidas constantes de los dos bandos.
Ziganda cazó el empate en un error defensivo coruñés, momento escogido por Toshack para anunciar al mundo una decisión asombrosa. Rivaldo estaba luciendo en todo su esplendor, con un recital de regates y centro endiablados. Su premio fue irse a la ducha, todo porque al entrenador le pareció oportuno variar el sistema -maldito sistema- para jugar con cinco defensas. El público reaccionó como una sola fiera. Toshack pareció complacido e invitó a la grada, con gestos desafiantes, a que prosiguiese la bronca.
El Deportivo se repuso a la contaminación ambiental con el gol de Martins antes del descanso. Pero, como parecía previsible dados los designios del entrenador, se pasó toda la segunda parte conteniendo la avalancha bilbaína. Por la providencia de Songo'o, el Deportivo pudo aplazar su caída hasta el minuto 88. En ese momento apareció Guerrero y Toshack acabó la tarde esfumándose como una sombra vilipendiada camino del vestuario.
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