Sobre el derecho a la libertad

En su Historia de Florencia Maquiavelo ponía en boca de Rinaldo degli Albizi (el archienemigo de Cosimo de Medici) estas palabras que él querría haber dicho: "Sólo es apetecible una patria en la que uno pueda disfrutar tranquilamente con sus bienes y con sus amigos..." Maquiavelo (contra lo que muchos suponen), como Cicerón, Livio y una larga lista, defendieron un ideal de país donde los hombres pudiesen vivir y disfrutar de esa vida en libertad y bajo unas leyes justas. Para ello todo hombre y mujer que se consideren buenos ciudadanos y respetuosos de los demás deben consagrar en lo posible su vida a la defensa de las libertades de la nación.Nosotros en pleno siglo XX vivimos en un Estado democrático indudablemente perfeccionable, pero que a pesar de sus grandes fallos cumple con sus funciones de respeto a los derechos del ciudadano. Otro de los deberes de este Estado democrático es proteger al individuo dentro de lo posible y sin violar las libertades de los demás.

El derecho a vernos protegidos por el Estado está siendo violado constantemente cuando hay organizaciones de psicópatas con manía persecutoria que señalan con el dedo para que sus sicarios tomen nota, cuando en ruedas de prensa pública se justifican secuestros y se amenaza a la totalidad de los ciudadanos con crímenes indiscriminados si no se cumplen sus macabras condiciones. La libertad de expresión existe, pero libertad no es amenazar con la muerte al que no haga lo que los sicarios piden, libertad es poder disfrutar de los amigos y de todo aquello que nos rodea sin molestar a. los demás.

El teniente coronel Jesús Agustín Cuesta Abril ya no puede disfrutar de nada de lo que nos rodea, le han quitado, como a muchos otros antes, su libertad y también se la han quitado a su familia. Por ello digo yo que habrá que tomar medidas contra aquellos que consideran que nos pueden imponer sus macabros deseos y tienen la cobardía de ampararse en lo que ellos llaman "libertad de expresión" para amenazar y señalar a las futuras víctimas.

Este comportamiento puramente fascista no puede ser tolerado, ¿qué Estado democrático se puede considerar tal si dentro del mismo hay un grupo con carácter de agrupación política que viola los principios fundamentales del derecho a la vida y a la libertad con total impunidad? ¿Acaso creemos que la libertad de expresión abarca la legitimación del asesinato y la amenaza?

También en la Alemania de 1933 había un grupo de macabros energúmenos que violando continuamente los derechos fundamentales de cientos de miles de ciudadanos, pero supuestamente ateniéndose al juego-democrático (hasta que les dejó de convenir seguir con este juego), impusieron sus asesinas leyes sobre los demás.

No podemos permitir que esto ocurra en nuestro país, y hemos de luchar dentro del marco constitucional contra la flagrante violación de los derechos de la inmensa mayoría.

El pasado miércoles 8 señalaron, sin nombrarle, al teniente coronel Cuesta Abril, mañana puede ser a cualquiera de nosotros. No hay mayor cobardía que girar la espalda y mirar para otro lado mientras los demás sufren, esperando que los sicarios no se fijen en nosotros y pasen de largo-