Rusia rechaza las amenazas de Turquía ante el despliegue de misiles en Chipre

Moscú condenó ayer las amenazas lanzadas por la ministra turca de Exteriores, Tansu Çiller, contra el despliegue de misiles de fabricación rusa en Chipre. Çiller advirtió el viernes que su país bombardearía los misiles antiaéreos S-300 en el caso de que llegasen a ser instalados en el territorio de la isla controlado por las autoridades de Nicosia apoyadas por Grecia desde la ocupación turca del norte de Chipre en 1974.

Un alto cargo del Ministerio de Exteriores ruso afirmó ayer, en declaraciones difundidas por la agencia Interfax, que "por su contenido y su formulación las declaraciones de Tansu Çiller fueron expresadas de forma inconsciente y dentro de las peores tradiciones de la guerra fría, que ya parecían haber caído en el olvido". La misma fuente recalcó que Chipre tiene derecho a adoptar cualquier medida que considere necesaria para garantizar su seguridad: "El contrato de suministro de misiles S-300, que son armas estrictamente defensivas, no viola en ningún aspecto la Carta de las Naciones Unidas y no modifica el equilibrio de fuerzas en la región".Después de que, hace una semana, el Gobierno de Nicosia anunciase la adquisición de los misiles rusos, la ministra de Exteriores turca arremetió contra el rearme grecochipriota porque, en su opinión, rompe el equilibrio militar en la isla. "Bajo ningún concepto deben ser instalados los misiles", declaró Çiller a la prensa de Ankara. "Turquía no permanecerá de brazos cruzados mientras la isla se transforma en un polvorín, y hará todo lo necesario para impedirlo, y atacará si es preciso".

Ocupación militar

Aunque tanto Moscú como las autoridades grecochipriotas sostienen que los misiles S-300 son puramente defensivos, Ankara denuncia que se trata de armas ofensivas, con alcance para atacar las instalaciones militares situadas en el sur de Turquía, a menos de 100 kilómetros de Chipre. El Gobierno turco también muestra su temor por la presencia de técnicos rusos en la isla durante la instalación de los misiles.

Chipre quedó dividida en dos mitades, turca al norte y griega al sur, tras la intervención militar de Turquía en 1974 a raíz del golpe de Estado encabezado por los nacionalistas griegos en Nicosia con el apoyo de la junta militar que entonces se encontraba en el poder en Atenas.

El Ejército de Ankara, que mantiene a unos 30.000 soldados en el norte de Chipre, anunció ayer la visita de su jefe del Estado Mayor, el general Ismail Hakki Karadayi, a la zona de la isla situada bajo control turcochipriota. El jefe militar llegará mañana al sector turco de Nicosia al frente de una delegación castrense que ha sido invitada por el líder de la comunidad turcochipriota, Rauf Denktash.

En medio de las acusaciones lanzadas por el Gobierno de Ankara, la prensa turca especulaba ayer con un posible bloqueo naval de los estrechos del Bósforo y los Dardanelos para impedir el traslado de los misiles a Chipre por vía marítima. Al mismo tiempo, Turquía podría adoptar represalias militares mediante la construcción de una base naval y otra aérea en el norte de la isla.