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Sabonis conquista Portland

Con sus últimas actuaciones, el lituano se ha convertido en uno de los más populares de la NBA

Arvydas Sabonis, pívot de los Portland Trail Blazers, se ha convertido en uno de los jugadores más populares del equipo. No es, necesariamente, el tipo de jugador gentil y preocupado en proyectar una imagen especialmente suave, pero es uno de los mejores jugadores del equipo y está ayudando a mejorar a un conjunto que, inequívocamente, aspira a un digno papel en los play off de la NBA.Sabonis aterrizó en la NBA con 10 años de retraso. Elegido en el draft de novatos de la NBA en el verano de 1986 por el Portland, en la primera ronda, provocó polémicas desde el principio. Muchos observadores criticaron a los ejecutivos de los Blazers por "malgastar una elección". Eran tiempos en los que la Unión Soviética estaba aún en pie y la salida de los jugadores hacia Estados Unidos era poco menos que una utopía. Bucky Buckwalter, entonces jefe de ojeadores del Portland y ahora asesor técnico del club de Oregón, recuerda con horror las críticas que desencadenó la decisión. "Nadie entendió cómo pudimos arriesgar una elección tan importante sobre un jugador que, probablemente, no jugaría jamás con nuestro equipo", señala Buckwalter. "Sin embargo, iodos los que tomamos aquella decisión sabíamos que se trataba de un jugador muy especial".

Ese jugador especial tuvo una deslumbrante actuación con la URSS en los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988, contribuyendo a la consecución del oro para los soviéticos y deslumbrando a los norteamericanos. Sabonis sufrió dos graves lesiones en su pie, presumiblemente mal tratadas. El eminente doctor Cook, jefe médico de los Blazers, llegó a comentar en una revisión de las lesiones que "este jugador (Sabonis) nunca podrá jugar al máximo nivel".

El máximo nivel de un Sabonis sano nunca podrá ser evaluado. Probablemente, hubiera sido uno de los tres mejores pívots de toda la NBA, en el mismo nivel de Olajuwon, Robinson o Shaquille. El nivel de un Sabonis con una lesión perenne ha sido lo suficientemente alto como para convertirse en el mejor pívot europeo en la historia (cuatro títulos importantes con el Real Madrid en tres temporadas) y un jugador muy importante en un buen equipo de la NBA.

Diez años después de lo previsto por aquellos criticados ejecutivos de Portland, Sabonis llegó a su cita con la NBA. El Portland de 1996 no era el mismo que el de 1986. El lituano tampoco era el mismo. Sabonis se había convertido en un novato de 30 años que alcanzaba la NBA, según muchos observadores, "por ser un jugador alto". Se ponía a las órdenes de un entrenador de corte conservador y poco amigo del riesgo, P. J. Carlesimo, y no iba a gozar del respeto que los árbitros de la NBA profesan a los pívots consagrados. Sabonis fue mejorando a lo largo de la campaña pasada en progresión geométrica. Sus números fueron brillantes (14 puntos y 8 rebotes por partido en 23 minutos de juego en la temporada regular, y casi 24 puntos y 10 rebotes en una sensacional actuación durante los play off). Formó parte del cinco ideal de novatos y terminó segundo en la votación de Mejor Rookie del Año y de Mejor Sexto Hombre. A pesar de sus problemas físicos y del conservadurismo de su técnico, Sabonis pasó con nota muy alta su debú en la NBA.

Esta temporada, Sabonis ha demostrado que no juega en la NBA simplemente por ser alto. Su presencia y protagonismo en el equipo ha aumentado y Carlesimo tiene plena confianza en su pívot. Sus números no han mejorado sustancialmente (juega tres minutos más que el año pasado y anota y rebotea prácticamente igual que la temporada pasada), pero su aportación al equipo se ha hecho mucho más importante. En mucha mejor condición física que la temporada pasada, el lituano es un jugador básico para las aspiraciones de los Blazers. Además, todos los observadores asumen que las prestaciones de Sabonis mejorarán en los play off.

"Es un jugador muy competitivo; un gran talento", indica Bob Whittist, presidente del equipo. Los Blazers de 1997 se han convertido en un conjunto equilibrado, y con talento futuro. Después de incorporar ocho jugadores nuevos (seis por vía de traspasos y dos elegidos en el draft de novatos), el equipo está comenzando a asentarse. Su base titular, Kenny Anderson, es un jugador con calibre de estrella al que Carlesimo parece estar sacando mucho partido. El otro base importante, Isiah Rider, es un jugador de carácter muy volátil pero con una gran capacidad anotadora. Cliff Robinson sigue siendo el jugador más fértil en la ofensiva de los Blazers y el talento joven de Rasheed Wallace y Jermain O'Neal, de 18 años, augura un brillante porvenir a los Portland. Arvydas Sabonis se ha ganado a pulso su lugar en esta Liga dura y terrorífica diez años después, el gigante lituano ha justificado, sobradamente, el riesgo que asumieron aquellos entusiastas ejecutivos de Portland.

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