La plaza de la Paja, abandonada
Los madrileños que queremos a Madrid (y como madrileños entiendo a los que viven en Madrid y además quieren a Madrid) llevamos ya bastante años entre tristes e indignados por lo que sin duda representa la más absoluta falta de sensibilidad cultural y ciudadana de nuestras autoridades municipales autonómicas, centrales, o de quien sea la responsabilidad.En una ciudad como Madrid, tan parca en patrimonio de alto interés, no es ni puede ser concebible que se permita la grave degradación del conjunto plaza de los Carros, iglesia de San Andrés, capilla del Obispo y plaza de la Paja, incluida la costanilla de San Andrés.
La magnífica obra de remodelación de la plaza de los Carros, realizada por nuestro alcalde Enrique Tierno, sufre el más absoluto abandono: losas o piezas de granito levantadas por obras son repuestas tarde o nunca, y siempre de mala manera; la zona de jardín está en perpetuo abandono. Tengo la impresión de que se está dejando morir la plaza de forma premeditada, salvo en su utilidad como aparcamiento . consentido, siendo zona para peatones.La iglesia de San Andrés está sin tocar de una manera seria en su zona exterior desde el incendio de nuestra contienda civil. De la restauración interior más vale no decir nada, por simple pudor.
La plaza de la Paja, auténtica joya del Madrid antiguo, sufre lo que yo denominaría vandálico deterioro al sentido común y a la cultura, propiciado, en este caso, por nuestras autoridades municipales e incultas, que ni entienden a Madrid y no pueden querer a Madrid en su sentido más profundo.
Como guinda, hace algunos años el gobierno municipal de la derecha colocó en el centro de la plaza un estanque con surtidor que es . una agresión no solamente al sentido estético, sino al mínimo respeto que debemos tener por nuestras propias inteligencias .
Ahora, en un alarde de derroche, parece que inician nuevas obras en la plaza, no sabemos en qué dirección estética. Ahora, siendo también zona para peatones, se ha convertido en aparcamiento consentido.
Pero si doloroso es todo lo anterior, más aún lo es que una obra importante de nuestro patrimonio, como es la renacentista capilla del Obispo, esté cerrada desde hace lustros, impidiendo que los madrileños disfrutemos de ella.
¡Qué falta de respeto hacia el pueblo de Madrid! No sé, ni me interesa saber, quién o quiénes son las instituciones responsables de semejante desaguisado, pero lo que sí sé es que tengo y tenemos el derecho a reclamar el patrimonio artístico, que debe ser de todos.
¡Exijamos su inmediata apertura!-
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