Un nuevo atentado relanza el temor a una espiral de violencia en Belfast

Un militante republicano resultó herido al estallarle una bomba colocada bajo su coche en Belfast ayer, sólo 48 horas después del intento de asesinato de un polícia por el IRA. Los dos atentados relanzan el temor a un nuevo ciclo de violencia y represalias en el Ulster, donde la policía se encuentra en estado de alerta máxima.El miedo ha contagiado a la población que ve acercarse la Navidad sin que el IRA haya decretado su habitual tregua por estas fechas. Ayer acudieron menos de mil personas a un acto público en favor de la paz en Belfast. En los dos últimos años, convocatorias similares atraían a un amplio sector de ambas comunidades norirlandesas.

Eddie Copeland, muy conocido en el barrio católico de Ardoyne, fue alcanzado en ambas piernas al explosionarle el artefacto situado bajo su automóvil. Simpatizante del IRA, Copeland ya fue herido gravemente en 1993, cuando un soldado británico abrió fuego contra unos manifestantes.

Los paramilitares lealistas podrían estar detrás de esta acción, con la que habrían concluido sus dos años de tregua, y que respondería al intento de una unidad del IRA, la noche del viernes, de asesinar a un policía local del Royal Ulster Constabulary que protegía al político unionista, Nigel Dobbs.