Ni para mayores

Pocas veces me he sentido tan indignado y estafado viendo una película como en El jorobado de Notre Dame. Lo que pensaba sería una fábrica de sueños donde mis hijos y yo nos lo íbamos a pasar yupi se convierte en una pesadilla de seres malvados y crueles que nos angustian y atormentan. Ante tanta violencia y sufrimiento, rescato a mis pequeños y nos vamos. Esto me hace reflexionar cómo nosotros, padres, podemos llevar a nuestros hijos-as al cine para que sufran y se traumaticen. ¿Son éstos los valores (maldad, violencia, racismo) que les queremos inculcar? Basta ya de consumir todo lo que nos venden. Seamos críticos, apostemos por un cine donde padres e hijos-as se lo puedan pasar bien juntos, que ayude a inculcarles valores como la ternura, la tolerancia, el respeto por el entorno, que sean creativos y no meros consumidores. Dejemos a nuestros hijos-as que sueñen y sean felices en la vida y en el cine.-