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La OTAN quiere que el grueso de la Armada y la Aviación españolas dependan de mandos en Italia

Miguel González

España tendrá un cuartel general en la nueva estructura de la OTAN. Aunque todavía no hay nada definitivo, así consta en todos los documentos. Ya se conoce incluso el nombre del futuro mando español: Comsouth West o Mando del Suroeste. Pero el problema no es tener un mando, sino mandar. Y si España no logra evitarlo, su cuartel general tendrá competencias tan mermadas que ni siquiera mandará en el grueso de la Armada y la Fuerza Aérea españolas. "Si todo se queda en ponerle el escudo de la OTAN a una base del Ejército, será que no hemos sabido vender nuestra integración", afirma un experto.

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El ministro de Defensa, Eduardo Serra, se reunirá el martes y miércoles en Bruselas con sus homólogos de la OTAN para abordar, entre otros asuntos, la nueva estructura militar integrada, cuya aprobación debe producirse en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en Madrid en julio de 1997.Sin embargo, los ministros de Defensa apenas podrán avanzar en el diseño de la nueva estructura, pues el Comité Militar, en su reunión de noviembre, sólo acordó mantener tres mandos regionales en el Atlántico, incluido el de Lisboa, y no llegó a decidir si en Europa habrá un tercer mando regional para el norte, además de los del centro y el sur.

Con ser poco lo acordado, ni siquiera es definitivo, pues Francia se reserva su posición hasta conocer cómo queda la nueva estructura al final del proceso.

En teoría, el Comité Militar no ha empezado a discutir el escalón de mandos subregionales. En la práctica, como ocurre habitualmente, por debajo de las negociaciones formales se desarrollan con fluidez las informales, y en ellas sí se discute desde hace meses cuántos y cuáles serán.

España tendrá uno de dichos mandos subregionales, de tercer nivel, en la nueva estructura. Aunque los militares españoles consideran discriminatorio que el mando de Lisboa sea regional, de segundo nivel, cuando Portugal aporta a la OTAN mucho menos que España, el Gobierno ha apoyado al país vecino para que mantenga la categoría del cuartel general de Oeiras.

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Mandos subregionales

Fijado el carácter subregional del futuro Mando del Suroeste, lo importante es llenarlo de contenido, y el desarrollo de las conversaciones no abona precisamente las aspiraciones españolas, ya que la prolifereción de cuarteles generales en el Mediterráneo amenaza con devaluarlo.Se da por seguro que, además del mando regional del sur, que Estados Unidos se niega a ceder a un militar europeo como pretende Francia, se mantendrán los mandos subregionales de Verona (Italia), Larissa (Grecia) e Izmir (Turquía), a los que se sumará el cuartel general español.

Pero lo más preocupante es la continuidad del Mando Naval del Sur (Comnavsouth) y del Mando Aéreo del Sur (Comairsouth), ambos con sede actual en Nápoles (Italia), aunque el segundo podría trasladarse a TouIon (Francia), si el Gobierno francés aceptase esta solución de compromiso a cambio de renunciar al mando del sur de Europa.

El mantenimiento de los mandos naval y aéreo del Mediterráneo, denominados componentes en la jerga de la OTAN, supone que las mejores unidades de la Armada y de la Fuerza Aérea españolas quedarán adscritas a los mismos y que el futuro Mando del Suroeste corre el riesgo de quedar reducido a un cuartel general casi exclusivamente terrestre, como ya ocurre ahora con los de Grecia y Turquía.

La situación no sería tan grave si, además del Ejército de Tierra español, dicho mando tuviera asignadas fuerzas terrestres de otros países; es decir, si fuera combinado o multinacional.

Pero esta pretensión resulta también problemática, pues Portugal no está dispuesta a poner tropas bajo mando español, Italia insiste en contar con su propio mando terrestre en Verona y Francia no acaba de pronunciarse tampoco en este asunto.

Los negociadores españoles buscan fórmulas para retener el control de la Armada y la Fuerza Aérea; entre ellas, la doble asignación de las unidades a un cuartel general componente y otro territorial o la posibilidad de que el segundo reciba el mando, aunque sea por delegación.

Los expertos coinciden en que cualquier, fórmula que no pase por la instalación en España de un mando conjunto (de los tres ejércitos) y combinado (multinacional) constituirá un fracaso y estará lejos de cumplir el mandato que el 14 de noviembre dio el Congreso al Gobierno para que, como resultado de la negociación con la OTAN, se atribuyan a España responsabilidades "acordes con nuestra contribución militar y peso político".

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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