La dimisión del jefe de la Sala de lo Penal agrava la crisis de la Audiencia
Nueva jornada de sobresaltos en la Audiencia Nacional. El presidente de la Sala de lo Penal, Siro García, presentó ayer su renuncia por entender que el órgano judicial está siendo víctima de ataques institucionales que hacen imposible que desarrolle su trabajo con normalidad. La renuncia de García, responsable de la sala encargada de los principales casos de corrupción y guerra sucia, desencadenó un movimiento de solidaridad en la Audiencia, sobre la que planeó por momentos la amenaza de una cascada de dimisiones.
Siro García, de 60 años, dimitió un día después de que la Fiscalía General del Estado acordase el traslado del fiscal jefe de la Audiencia, José Aranda, y la apertura de expediente para los fiscales Eduardo Fungairiño, Ignacio Gordillo, María Dolores Márquez de Prado y Pedro Rubira. Y lo hizo horas antes de que el presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Javier Delgado, visitara la sede de la Audiencia para interesarse por sus problemas. El Consejo hará pública hoy una declaración institucional sobre la situación en la Audiencia.Delgado celebró una reunión con unos 40 miembros de la Audiencia Nacional. En ella, García explicó los motivos de su renuncia. En los corrillos que se formaron a la salida se creó una corriente de solidaridad con el dimisionario, y media docena de magistrados expresaron la necesidad de adoptar una postura común y dejar la Audiencia. El propio García cortó de raíz la iniciativa y dijo a Garzón y Gómez de Liaño: "Vosotros tenéis que seguir, si os marcháis, esto se hunde". Gómez de Liaño, instructor del caso Lasa-Zabala, manifestó, no obstante, que se plantea pedir una excedencia una vez que concluya la instrucción de este y otros sumarios.
Ayer se supo que el jefe de la inspección de la Fiscalía, Juan José Martínez Zato, no propuso medida alguna contra Aranda. Su traslado fue una iniciativa del fiscal general.
