Óscar Díaz, ganador del millonario bote de ‘Pasapalabra’: “Me voy a permitir el lujo de pocos españoles, que mi casa sea mía y no del banco”
El concursante madrileño explica las técnicas que ha usado para completar el Rosco del programa y batir a los cada vez más estrictos guionistas que seleccionan sus preguntas. Se ha llevado 1,8 millones de euros
Tras ganar los 1.816.000 euros del bote de Pasapalabra, en el programa especial emitido este miércoles por la noche en Antena 3, Óscar Díaz se ha convertido en leyenda de los concursos de televisión en España. Además de ser uno de los pocos en llevarse un premio de tal magnitud en el Rosco, el madrileño forma parte del todavía más selecto grupo de personas que han sobrevivido durante 200 emisiones en Saber y ganar.
En el caso de Pasapalabra, donde ya participó en etapas anteriores del muy longevo concurso, ha superado al que ha sido su rival durante 154 entregas, Moisés Laguardia. Pero, tal y como explica Díaz a este periódico en la mañana del jueves, tras la emisión de su victoria, “el reto para llevarse el bote no es tanto superar al otro concursante como ganar a los guionistas que seleccionan las palabras”.
Para ejemplo, Fahrenkamp, la palabra que le dio ese premio millonario. Se trata del apellido del destacado arquitecto alemán del periodo de entreguerras del siglo XX, de nombre Emil. El enunciado que había escrito el programa le daba como pista que diseñó la Villa Wenhold, en la ciudad de Bremen. “De entre todas las cosas que me he ido preparando durante estos meses, me hice una lista de arquitectos del siglo XIX y XX. Son nombres que no sabes por tener cultura general. Tienes que ser capaz de responder asuntos muy especializados para llevarte un premio así”, cuenta el nuevo magnífico de Pasapalabra, como lo llamarían en el otro concurso en el que ha reinado, el de Jordi Hurtado en La 2.
💰Óscar Díaz (@oldgarcia) gana 1.816.000 euros en El Rosco de @PasapalabraA3, el tercer mayor bote de #Pasapalabra 💥
— Pasapalabra (@PasapalabraA3) May 15, 2024
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En su caso, comenta, a la preparación se le unió una cuestión de suerte. “Yo me apunté el nombre de Fahrenkamp por uno de sus edificios en Berlín, pero en la pregunta mencionaban Bremen. Al ser también Alemania, me la jugué a la navaja de Ockham [el principio filosófico que recuerda que, en igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable]. Podría no haber sido un arquitecto alemán, pero me la jugué y acerté. En muchas de las preguntas que fallamos utilizamos ese mismo método”, comenta esta enciclopedia humana.
El Rosco es tan variado en temáticas que es imposible que un concursante domine todas ellas y logre completarlo por sus propios conocimientos. Ahí es donde comienza el “juego del gato y el ratón” de los concursantes de larga estancia con los guionistas del programa de Atresmedia. “El nivel de exigencia del concurso cada vez es más alto. El equipo que se encarga de redactar las preguntas ya no solo diseña cuestiones que sean de un nicho muy específico, sino que intenta disimular sus patrones de elección. Y casi siempre ganan los guionistas”, admite el madrileño de 52 años.
En el caso de una oposición, el temario está cerrado, por muy extenso que sea. En el Pasapalabra actual, cuyo temario es infinito, el reto está en adivinar qué preguntas van a caer en el examen.
Por ejemplo, para intentar adelantarse al programa, si en una entrega el presentador Roberto Leal preguntaba por el lugar de nacimiento de un presidente de los Estados Unidos, al día siguiente Óscar Díaz sumaba a su base de datos la lista del resto de líderes estadounidenses. No incluía todos. Iba eliminando las ciudades cuyo nombre es más de una palabra (porque el Rosco solo admite respuestas de una palabra), las que empiezan por W (que no se usa en la prueba final) o las que empiezan de la A a la C (que al ser el arranque del test no suele llevar este tipo de preguntas), explica el concursante, experto en detectar tendencias en el reto principal de Pasapalabra. “Al final, no es una lista de más de 20 o 25 respuestas”, dice.
Su obsesión por encontrar esos patrones, que le ha llevado a ganar el bote, ha llegado hasta el punto de empollarse cosas como la filmografía de las actrices que aparecieron en la serie original de Los ángeles de Charlie porque un día le preguntaron por una película de Cheryl Ladd, y 20 emisiones antes, lo hicieron sobre una serie de Kate Jackson. Por si acaso los guionistas se pasaron una tarde alimentando su cuestionario con la ficha profesional de estas actrices, Díaz se hizo una lista con los títulos de una sola palabra de sus trayectorias y las de sus compañeras de reparto, Farrah Fawcett y Jaclyn Smith. “Lo haces solo por si acaso. La inmensa mayoría de las veces no sirve más que para engrosar esa base de datos”, admite, sin olvidar repasarse el diccionario, la geografía y la historia.
El madrileño ha batido a Moisés Laguardia al completar antes que su contrincante las 25 preguntas de la prueba final del concurso. “Lo que le hacía más peligroso es lo metódico y ordenado que es. Él es un gran estudioso del programa, pero es que además es fan como espectador. Por eso le ha resultado mucho más fácil que a otros prepararse para competir en él”, comenta Díaz.
Histórico en los concursos españoles
Aunque ya ha aparecido en Saber y ganar e incluso en Boom, también en las tardes de Antena 3, el concursante explica que se ha presentado a todos los programas en los que ha participado. Y que, aunque los responsables de cásting de otros quiz shows le han invitado a que hiciera las pruebas para competir en ellos, solo se ha presentado a las pruebas de selección de aquellos que él había elegido por voluntad propia. También estuvo en Cifras y letras, cuando se emitió en las cadenas autonómicas. Y, a pesar del éxito que está teniendo el espacio en su nueva vida en La 2, prefiere quedarse “para corridas benéficas”, dice, pidiendo perdón por el símil taurino. “Si me llevan de invitado a algún programa voy, pero como concursante de largo recorrido ya no me veo”, admite.
Sin duda, Pasapalabra, el programa de entretenimiento más visto de la televisión actual en España, es el que más popularidad le ha dado de todos en los que ha estado. El especial de este miércoles, que comenzó a las ocho de la tarde, en su horario de siempre, congregó a una media de 1,9 millones de espectadores de media y un 20,5% de cuota de pantalla, un resultado algo más elevado de lo habitual. Después del informativo nocturno, El hormiguero recibió a los duelistas, alcanzando su dato máximo de temporada con un 21,9% de share y casi 3 millones de espectadores de media. Y el programa especial en horario de máximo audiencia en el que Óscar Díaz se llevó el bote fue visto por 3.243.000 espectadores de media y un 30,1%, convirtiéndose en la segunda emisión no deportiva más vista del año.
Con el bote de Pasapalabra, Díaz piensa ahondar en su pasión por coleccionar cómics originales. Y también quiere hacerse un viaje a Washington para pasearse por todos los museos de la Institución Smithsonian de la ciudad, y alimentar así esa base de datos que encierra en su cabeza. Tampoco tiene problema con que una parte importante del premio vaya a parar a Hacienda. Aunque su anterior paso por otros concursos le reportaba unos 20.000 euros extra al año después de impuestos, el premio de 1,8 millones de euros brutos de esta semana cambiará algo las cosas. “El hecho de que el piso en el que nos metimos mi mujer y yo el año pasado sea completamente nuestro y no del banco es una satisfacción, después de estar toda la vida de alquiler. Tal y como está el patio, es una alegría. Me voy a permitir el lujo que, por desgracia, no tienen muchos españoles”, celebra.
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