Uruguay aprueba por escaso margen reformar el sistema político

Siendo Uruguay un país sobrado de caciques rurales, apenas tres millones de habitantes, 630.000 jubilados, 400.000 funcionarios, tres reses por persona y un sistema político complicado y de antigua data, se explica la muy ajustada victoria del sí en un referéndum que al suprimir la embrollada Ley de Lemas, en vigor desde hace ochenta años, establece un sólo candidato y programa por partido en los comícios presidenciales, incorpora una segunda vuelta electoral de no conseguirse mayoría absoluta en la primera y refuerza las atribuciones del jefe de Gobierno.Hasta ahora las diferentes corrientes de los partidos presentaban sus aspirantes, y los votos de cada uno se sumaban al más votado. Esa suma del partido competía con la del ganador de otro partido o coalición. Quien ganaba las elecciones no era por tanto quien mas apoyo recibía, sino el más votado del partido más votado.

A la espera de los resultados definitivos de la consulta del pasado domingo, una vez escrutados los 69.120 votos incorrectos, el triunfo de los partidarios de la reforma constitucional lo ha sido por sólo 7.774 sufragios, un 50,3% del electorado. Según el presidente, Julio María Sanguinetti, uno de los principales impulsores del cambio, las nuevas modificaciones electorales, políticas y administrativas conforman "el Uruguay nuevo, que va surgiendo desde las turbulencias", o lo que llama Ios dolores del parto". Propugnaba el no la coalición izquierdista Frente Amplio, contraria a la segunda vuelta porque una alianza de los dos partidos tradicionales, colorado y blanco, que apoyaron el sí, le resta posibilidades de llegar al Gobierno. Apoyan al Frente Amplio, mayoritario en Montevideo y también dividida en corrientes, independientes, socialistas, comunistas, maoístas, tupamaros y escindidos de los grandes partidos.

Se oponían también los caudillos colorados y blancos del interior de este país suramericano que, perjudicados por la candidatura única, perderán protagonismo. En las elecciones de 1999 los uruguayos acudirán a las urnas sin la Ley de Lemas, promulgada a principios de siglo, y los aspirantes a la presidencia serán decididos en elecciones internas de los partidos. Coaligados, gobiernan Uruguay blancos y colorados y el Parlamento se divide en tercios: colorados (socialdemócratas), blancos (conservadores), Frente Amplio y una pequeña representación del socialdemócrata Nuevo Espacio.