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Decenas de espectadores con entrada se quedaron sin sitio

El tercer anfiteatro del Santiago Bernabéu reventó por un exceso de personas. A las 20.25 era imposible acceder al gallinero. El público colapsaba hasta la escaleras de los focos. Según la policía, centenares de personas se sentaron y ocuparon más espacio. Agentes de la Unidad de Intervención Policial consiguieron levantar a numerosos seguidores. Sin embargo, decenas de personas abandonaron el campo y regresaron a su casa para ver el encuentro por televisión. "Mira aquí esta mi entrada y no tengo sitio", gritaba Javier Rollo.A tenor de Agustín Coronado, delegado gubernativo en el campo, el partido se desarrolló sin sobresaltos pese a la amenaza falsa de bomba recibida en el 091. Incluso la policía consiguió identificar la voz anónima que anunció una explosión en el partido. El hombre fue detenido.

Desde las tres de la tarde trabajaron en torno al estadio 400 agentes de la Unidad de Intervención Policial, 150 Policías Municipales y un cententar de miembros del Samur y Cruz Roja.

El exhaustivo cordón policial, preparado por la Brigada de Seguridad Ciudadana, evitó incidentes. Los agentes cachearon a aficionados sospechosos y varios seguidores fueron sometidos a controles de alcoholemia. Sólo dos espectadores dieron positivo. Se les requisó la entrada y se les impidió entrar en el campo.

Tras el encuentro los mandos policiales se felicitaban por la ausencia de incidentes. Ni siquiera el centenar de Boixos Nois dieron problemas. Hasta el mínimo detalle salió como estaba previsto por la Delegación de Gobierno y la Policía Nacional.

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