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Albright dará más contundencia a la política exterior de EE UU

Madeleine Albright imprimirá una mayor contundencia a la política exterior de Bill Clinton, según el comentario unánime de los analistas políticos de Washington. Esa contundencia coincide con el deseo del presidente norteamericano de otorgar a su segundo mandato una mayor dimensión internacional. Para empezar, Clinton se reunirá, en marzo de 1997, con Borís Yeltsin en algún lugar de Estados Unidos.

El tema de la cumbre será la ampliación de la OTAN hacia el este de Europa, el único compromiso exterior de Clinton durante la última campaña electoral.De origen checo y educada familiarmente no sólo en el anticomunismo, sino también en el temor a Moscú, la nueva secretaria de Estado está menos entusiasmada con la Rusia de Yeltsin que Clinton o Strobe Talbott, que sigue como secretario de Estado adjunto. Su de fensa de la incorporación de los países de Europa central y oriental a la OTAN será más vigorosa que la de Warren Christopher.

Como embajadora norteamericana en la ONU, acaba de fulminar la posibilidad de que Butros Butros-Gali siga al frente de la secretaría general. Pero Albright también puede cambiar el fondo de la política exterior de un presidente que ha decidido que, pese al desinterés del Congreso y la opinión pública, quiere ser más activo en la escena internacional. Clinton, que ya no tiene que preocuparse de la reelección, sino de dejar huella en la historia, le ha cogido gusto a los asuntos internacionales tras unos tres primeros años de relativa indiferencia y bastante indecisión.

Además del encuentro con Yeltsin, Clinton efectuará su primer viaje oficial a América Latina en los próximos meses, y en otoño celebrará una cumbre con el presidente chino, Jiang Zemin.

Clinton ha terminado por encontrar una línea de acción, la expresada en la fórmula "la nación indispensable". La decisión de mantener tropas norteamericanas en Bosnia, pese a sus promesas anteriores, marca lo que se empieza a llamar "doctrina Clinton". "Estados Unidos", dijo el pasado 15 de noviembre, "no puede ni debe resolver todos los problemas del mundo, pero cuando nuestros intereses están claros y nuestros valores en juego, allí donde podemos cambiar las cosas, debemos actuar y debemos ejercer el liderazgo".

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