MATANZA Y CÁNTICOS
El pintor Miquel Barceló ofició de anfitrión y mató él mismo el grueso cerdo negro de su anual matanza mallorquina en su finca de Ferrutx, Artà. El pasado martes, el festival gastronómico tradicional y los trabajos de embutido de la sobrasada fueron amenizados por las músicas y cantos de amigos del artista procedentes de tres ámbitos culturales diferentes y lejanos. Rancapino y Duquenque aportaron la voz del sur flamenco auténtico; Majoral, Xesc de Son Cloquis y los xirimiers de Sa Calatrava dejaron el eco atávico de la canción insular de Mallorca, mientras que cuatro vaqueros de Suiza, que trajo el marchante Bruno Bischosherger, entonaron bellas y sonoras polifonías. Desde el mediodía hasta la noche, seis platos recios se zamparon casi un centenar de invitados a los trabajos y a la fiesta.-
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