_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El duopolio eléctrico

Joaquín Estefanía

En la práctica, lo contrario de los monopolios es la soberanía del consumidor, no el imperio de las empresas. Si se acepta esta premisa tiene escaso interés general pasar, por ejemplo, de un monopolio público a un duopolio privado en el que las sociedades beneficiadas por la medida se reparten el mercado sin tener en cuenta las necesidades del ciudadano en primer lugar, sino sus propias economías de escala. En este caso, en el que la competencia es tan limitada, es legítimo preguntarse por qué el monopolio no sigue en el sector público ya que, al fin y al cabo, si es rentable genera plusvalías para el Estado, que somos todos.Esta reflexión viene a cuento de lo que sucede en el capitalismo español en los últimos años. Superado el cliché de la cultura del pelotazo -la especulación forma parte de la economía de mercado- no se ha profundizado en la historia de los cambios empresariales y productivos, que se multiplicaron en nuestro país en la década de los noventa y que se han acelerado de modo vertiginoso en los últimos meses. La teoría de los núcleos duros y las tendencias naturales del sistema a la concentración, están produciendo dos polos de poder con ramificaciones en el mundo financiero y energético, sobre todo, que hay que seguir con atención. El liderazgo de los dos Emilios -Emilio Ibarra y Emilio Botín (bancos Bilbao Vizcaya y Santander)- sobre estos dos centros fácticos, no es mas que un apocope del asunto.

El duopolio podría ampliarse -o encogerse- a la luz de las privatizaciones pendientes. El futuro de Argentaria, Telefónica o Repsol es fundamental para analizar las estructuras del futuro inmediato; no menos significativo será conocer si los ejecutivos de esas empresas (Francisco González, Juan Villalonga o Alfonso Cortina) serán los actuales -nombrados por motivos de con fianza política- u otros -en representación de la nueva propiedad. El último acontecimiento de esta reestructuración lo estamos viendo en el sector eléctrico, primero a raíz de la OPA de ENDESA sobre Sevillana y Fecsa y ahora en la antesala de la firma del protocolo que establecerá las reglas del juego. Las posiciones críticas del presidente de la Comisión del Sistema Eléctrico Nacional -regulación para competir; transparencia aunque genere ruido- no son del agrado del sector. Pero, guste o no, alguien tendrá que responder a las preguntas que hace Fernández Ordóñez: ¿Se imaginan ustedes al presidente de Argentaria proponiendo tomar una participación del 75% del Banco de Santander y del 75% del BBV para poder privatizar mejor después Argentaria y así cobrar dimensión para protegerse de la competencia de los bancos extranjeros?; ¿Cuántos consumidores van a poder elegir suministrador?; ¿Hay que atender la petición de ayuda de las compañías eléctricas en su transición a la competencia¿; ¿Con cuánto dinero y durante cuánto tiempo hay que ayudarlas?...

Son oportunas, en relación con este caso, las sabias palabras de un economista clásico: "Cualquier propuesta de una nueva ley o reglamentación que provenga de los empresarios, deberá analizarse siempre con gran precaución y nunca deberá adoptarse sino después de un largo y cuidadoso examen, efectuado no sólo con la atención más escrupulosa, sino con total desconfianza pues viene de una clase de gentes cuyos intereses no suelen coincidir exactamente con los de la comunidad y que tienden a defraudarla y a oprimirla, como ha demostrado la experiencia en muchas ocasiones".

No se trata del siempre sospechoso Marx o del hoy políticamente incorrecto Keynes, sino del liberal Adam Smith en su histórica Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_