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El testigo del 'caso Lasa-Zabala' fue secuestrado unas horas antes de que interior le pusiera escolta

El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, reconoció ayer que fueron "insuficientes" las medidas de protección dispuestas en torno al suboficial de la Armada en reserva transitoria y presunto ex agente del servicio de inteligencia naval que el pasado viernes fue secuestrado, torturado y violado en San Fernando (Cádiz). Horas antes, Mayor había ordenado a la policía que diera escolta a este "testigo protegido" en el caso Lasa-Zabala, siguiendo instrucciones del juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez de Liaño. Durante un mes, el testigo 1964 / S sólo cotnó con contravigilancia en sus esporádicas estancias en Madrid, según su deseo, afirma Interior, que anuncia una investigación "hasta el fondo" y "caiga quien caiga".

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Interior, tras proclamar su "firme voluntad" de identificar y detener a los agresores, ha encargado la investigación a los comisarios generales de Información, Jesús de la Morena, y de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro. El departamento de Mayor Oreja informó ayer que el pasado 2 de octubre recibió un escrito del juez Gómez de Liaño en el que solicitaba que se proveyera a este testigo de una nueva identidad y se le asignara protección. El nombre del testigo no ha trascendido, pero sí se han publicado datos que facilitaban su identificación. Seis días después, un agente de la Brigada de Escoltas se entrevistó con el magistrado y acordó con él que "lo más conveniente" era no asignarle protección personal "para no llamar excesivamente la atención" en San Fernando, localidad donde reside. Esta medida era sólo temporal, en tanto se le gestionaba nuevo domicilio y trabajo en Madrid.

Gómez de Liaño, según Interior, estuvo conforme con que al testigo sólo se le asignara contravigilancia en Madrid y que, cada vez que abadonara esta ciudad, se lo hiciera saber al agente Garrido, cuyo nombre y teléfono se le facilitó. Pero la semana pasada, el "testigo protegido" no informó de su desplazamiento a San Fernando, según Interior. Sin embargo, fuentes próximas al testigo aseguran que éste se mostraba "muy preocupado" por su seguridad y la de su familia.

El pasado 5 de noviembre se recibió en Interior un auto "urgente y secreto" del juez, al que le faltaba la parte dispositiva. El ministro, que acababa de llegar de la cumbre hispano-francesa de Marsella, ordenó a su secretaria que solicitase del juzgado los folios no recibidos. A las 10.45 del pasado día 7, jueves, un agente judicial hizo entrega en el palacete de Castellana 5 del auto completo.

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En el escrito, Gómez de Liaño advertía del riesgo que corrían tres "testigos protegidos" en el caso Lasa-Zabala y solicitaba que se extremase su protección. Se refería a Pedro Luis Miguéliz Dabadie, Txofo; al ex guardia civil y ahora investigador privado José María Velázquez Soriano; y al testigo 1964 / S. Para Velázquez y el suboficial de la Armada requería una nueva identidad y, además, para este último, la renovación del permiso de armas bajo nombre distinto al verdadero.

El secretario de Estado de Seguridad, Ricardo Martí Fluxá, ordenó el pasado viernes al subdirector general operativo de la Policía, Pedro Díaz Pintado, que asignara un servicio de escolta personal al "testigo protegido" 1964 / S, que ya había decidido cambiar de colegio a sus hijos en San Fernando como medida preventiva.

En tomo a las 10 de la noche del viernes, unas horas después de que Interior iniciase los trámites para asignarle escolta personal, el suboficial de la Armada fue asaltado cuando se disponía a repostar en una gasolinera de San Fernando (Cádiz), según sus declaraciones ante la policía y el juzgado. Según la declaración de la víctima, un hombre de complexión fuerte le amenazó con una pistola del calibre nueve corto y se subió al coche de la víctima junto a otro desconocido, seguidos por un tercer integrante del comando al volante de otro coche. Le obligaron a dirigirse a la playa, donde tres individuos enmascarados y con las manos enfundadas en guantes de látex -similares a los que utilizan los paracaidistas para protegerse del frío- le llamaron "bocazas", le esposaron y le violaron analmente con un objeto, mientras le decían: "A ver si podemos metértelo entero y eres un campeón".

"Aprende a callar"

Posteriormente, el suboficial fue llevado a un descampado, donde fue nuevamente golpeado e insultado y quemado con cigarrillos en diversas partes del cuerpo. El agredido llevaba en el bolsillo varios folios del auto de Gómez Liaño declarándole "testigo protegido", que uno de los atacantes le introdujo en la boca diciéndole: "Bocazas, así sabrás lo que es estar callado".

Los atacantes intentaron llevar al secuestrado a otro lugar, siempre según la declaración de la víctima, pero desistieron al comprobar que el coche de éste se había quedado sin gasolina. Los tres agresores huyeron en el automóvil que había conducido uno de ellos, sin que el suboficial lograra fijarse en su marca.

Sobre las 8.15 de la mañana del sábado, trabajadores de la empresa de limpiezas Focsa encontraron al agredido en un descampado próximo al restaurante Ventorrillo del Chato, cerca de la autovía Cádiz-San Fernando. Vicente Castro recuerda que "estaba esposado, bastante cansado y con síntomas de haber pasado frío; tenía un hematoma en un ojo y la camisa rasgada".

La Policía Municipal trasladó al hospital Puerta del Mar al herido, que luego compareció en la comisaría de Cádiz y el juez de guardia, Luis Arenas, antes de ser conducido a Madrid. Gómez de Liaño también había solicitado a Justicia 400.000 pesetas para la mudanza de domicilio del suboficial.

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