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El Valladolid, una, semana entre los grandes

Una semana más entre los grandes. El Valladolid prolongará su euforia siete días mas y su espectacular comienzo de temporada no encuentra techó. Pero el equipo revelación del campeonato se convirtió ayer en algo más que una colección de sorpresas. Poco le había tocado lidiar al Valladolid con rivales que se encierran en sus trincheras y ayer le tocó un equipo que evitó cualquier roce con el riesgo y dificultó sus rutas habituales. Sin embargo salió indemne del choque con un escenario incómodo y esperará al Barcelona la próxima semana con el aval de ser cuarto.

El Valladolid no fió su fortuna a sus armas preferidas. El contraataque pasó a un segundo plano, pero el de Cantatore es un equipo tan habituado a convivir con los fogonazos con que alumbra cada partido que abrir una defensa eficaz por amontonamiento y marcar sus propios ritmos le resulta un ejercicio pesado. En el fondo, como a tantos equipos.

El Sporting sólo supo defenderse aunque siempre mostró cara de buen encajador. El equipo de Floro no pasó de la línea del centro del campo, inutilizó a sus delanteros y salvó la cara con las paradas de Ablanedo hasta que llegó el gol de Víctor. El Valladolid desencadenó desde entonces una serie ininterrumpida de jugadas de gol que terminaron con el Sporting noqueado. A Floro se le había desmoronado el esquema y no tenía recursos para la reacción.

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