Plácido Domingo, a rítmo guaraní
El tenor español despliega una incansable actividad que asombra en Estados Unidos
En el país que inventó el término workaholic (alcohólico del trabajo), el tenor madrileño Plácido Domingo está elevando la palabra a nuevas fronteras. A punto de estrenar, esta misma noche en Washington, la casi olvidada ópera brasileña II Guarany, dos de los más importantes periódicos del país, The New York Times y The Washington Post, han dedicado amplios reportajes a su apretadísimo calendario de esta temporada (amén de las pasadas y futuras) y se preguntan cómo es capaz de llevar tal ritmo. Aparte de sus compromisos con Pavarotti y Carreras -que con Domingo forman el trío connocido como Los tres tenores- en estadios deportivos de todo el mundo, Plácido Domingo se estrena este año como director artístico de la Opera de Washington y como asesor y director invitado en la de Los Ángeles, donde este año abrió la temporada protagonizando Los payasos y dirigiendo Norma. En la Opera Metropolitana de Nueva York cantó un día por la mañana Fedora y por la noche dirigió La traviata.
Cuando los Yankees, el equipo de béisbol neoyorquino, ganaron la liga la semana pasada, el alcalde Rudolph Giuliani le invitó para que cantara en español Take me out to the ball game, un popularísimo himno del béisbol en Estados Unidos, al término de un espectacular desfile que se celebró en las calles de Manhattan y se retransmitió a todo el país.
El pasado miércoles por la noche, Domingo estaba en Washington realizando uno de los últimos ensayos de II Guarany, el jueves regresó a Nueva York para cantar en Carmen y esta mañana tenía previsto regresar a la capital de EE UU para estrenar esa exótica ópera brasileña, compuesta en 1860 por Antonio Carlos Gómez.
Su representante en Nueva York, Edgar Vincent, dijo que Domingo se desplazaba a menudo en jet privado para poder atender todos sus compromisos, y que estaba recuperándose de un resfriado. "Por supuesto que le halaga mucho ver que la prensa aplaude su capacidad de trabajo. El problema es que no sé si tiene tiempo para leer esos artículos", dijo Vincent entre risas. The Washington Post señaló que, pese a ser el nuevo director de la ópera local, en el Kennedy Center, Domingo sólo había pasado siete días enteros este año en la capital. El tenor tiene un contrato de cuatro años con esa institución. Quejándose de que hay que esperar dos años para conseguir una entrevista con él, el Post añadió que, en persona, Domingo es uno de los seres más amables que puedan encontrarse.
The New York Times llegó al extremo de requerir la opinión de su médico en Manhattan, quien dijo, no del todo en broma: "A veces me pregunto si tiene cualidades sobrehumanas. Sus células deben producir un producto. químico que no tiene el resto de la gente".
-"Mi forma de trabajar es saludable para mí", dijo humildemente Domingo al rotativo neoyorquino, "pero no quiero dar la impresión al público de que es más difícil de lo que parece". Domingo, que tiene 55 años, pronto superará la marca de las 2.700 representaciones en su carrera. Ha representado 109 óperas en seis idiomas distintos, mientras que Pavarotti sólo ha cantado 27 y limitándose a dos lenguas. El álbum de Los tres tenores grabado en 1990 en Italia es el disco de música clásica más vendido en la historia.
Los periódicos citados afirman que Domingo tiene suficiente con un par de horas de sueño para reponerse, además de las siestas, para las que a menudo aprovecha un vuelo en avión privado. Además, The Washington Post indica que, pese a tener una extensa red de asistentes, es sólo él en persona quien hace y romple planes, citas y compromisos.
Como Plácido Domingo parece no tener suficiente con sus ocupaciones artísticas, además tiene programadas multitud de conferencias, a las que ha de agregarse el trabajo que requiere su concurso de nuevas estrellas, Operalia, y el nuevo restaurante español que ha abierto en Nueva York, que ha puesto su apellido también en las guías gastronómicas de la ciudad.
Al Kennedy Center Domingo llevará además esta temporada El Gato Montés, una ópera de Mozart (La Finta Giardiniera), la Elektra de Strauss, La boheme y La traviata, esta última dirigida por su esposa, Marta Ornelas. Cantará Die Walkyre en el Metropolitan Met y en el Covent Garden de Londres, donde también va a interpretar Simón Boccanegra y dirigirá Tosca. Sus compromisos inmediatos como director parecen un plan para romper la barrera física de la ubicuidad y también incluyen Viena, Zúrich, Tokio y Chicago.
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