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GENTE

MALA VIDA

Isabel Ferrer

James Bond, el agente secreto más famoso del mundo, ha ido al médico. O mejor, ha sido objeto de una revisión a fondo sin pedirlo y en aras de mejorar la salud en sus admiradores masculinos. La revista británica Men'x Health, patrocinadora de la visita a los galenos, concluye en su número del próximo diciembre que está hecho una ruina física, sufre aún estrés postraumático por la muerte en accidente de sus padres y puede ser incluso impotente. El valiente espía, famoso por su perspicacia y atractivo irresistible, es en realidad un desastre de hombre. Mike Berry, psicólogo consultado por la publicación, le describe como un lisiado emocional y no descarta que sufra alguna lesión cerebral dadas las tundas que recibe. Incapaz de comprometerse con mujer alguna, su afición a la bebida y el tabaco es además incompatible con la propia vida. En un día normal, Bond toma un vodka y un martini dobles, media botella de champán y un cóctel con vermú, ginebra y otra vez vodka. Tampoco le hace ascos al whisky, vino o coñá durante sus misiones. Los 70 cigarrillos que prende al día y las 68 mujeres con las que se acuesta al año sólo añaden riesgos a su accidentada existencia. Todo muy científico y verosímil pero, según sus seguidores, ni el incombustible Sean Connery ni el novísimo Pierce Brosnan dan por ahora señales de notar los efectos de tan mala vida.-

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