Agentes subterráneos
Una nueva unidad de la Guardia Civil revisará las alcantarillas que rodean museos y centros oficiales
La Guardia Civil también vigilará las cloacas, un territorio que hasta ahora le era desconocido. Un sargento, dos cabos y 15 guardias componen la recién creada Unidad de Subsuelo, cuya misión es el "reconocimiento periódico y la vigilancia, en los casos en que sea preciso, de cavidades, huecos, corredores y alcantarillado existentes bajo los edificios públicos". El director general del instituto armado, Santiago López Valdivielso, descendió ayer al colector que discurre junto a los cimientos del Museo del Prado, 30 metros bajo tierra, para presentar en sociedad a la nueva unidad."Hacer una revisión completa del subsuelo del Museo del Prado nos lleva alrededor de dos horas", explicó el sargento Camero, jefe de la unidad. La red de alcantarillado de la capital madrileña mide 3.123 kilómetros, que en su mayor parte son competencia del grupo de subsuelo del Cuerpo Nacional de Policía. La Guardia Civil sólo se ocupará de inspeccionar la red que circunda al Palacio Real, los ministerios, el Banco de España, las sedes judiciales, el aeropuerto, las estaciones, los museos y los acuartelamientos.
Según López Valdivielso, la creación de este equipo no supone ninguna "intromisión" en las competencias que tiene asignadas tradicionalmente la policía, ya que "la coordinación entre ambos cuerpos es perfecta y, salvo incidentes aislados, no hay más problemas".
El pasado 3 de octubre, sin embargo, se produjo un rifirrafe entre policías y guardias civiles durante la visita que el presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, realizó al Museo del Prado. La policía llegó a encañonar a varios guardias civiles que salían de las alcantarillas, al no haber sido informada de que éstos realizaban una inspección del subsuelo. López Valdivielso, proclamó ayer que desconocía que hubiese habido tal incidente, pese a que fuentes de la Guardia Civil habían reconocido horas antes la existencia del hecho, si bien lo calificaron de "pequeño problema de descoordinación".
El máximo responsable, del instituto armado, acompañado de un puñado de periodistas, bajó al colector por el que discurren las aguas sucias que descienden desde la plaza de Castilla. "Por aquí el agua va a 90 kilómetros por hora. Si uno resbala, sería arrastrado hasta la depuradora porque no hay ningún anclaje al que agarrarse", explicó Camero.
"¿Entonces no pueden inspeccionar las galerías?", preguntó con curiosidad el jefe la Guardia Civil. "Sí, sí... hay unos andenes de unos 90 centímetros de anchura por los que se puede caminar con cuidado", respondió el suboficial. Después, éste explicó las dificultades de su trabajo a causa de la densa humedad -a veces llega al 90%- y los gases que frecuentemente enrarecen el aire en las cloacas hasta volverlo irrespirable.
La anunciada exhibición de la nueva unidad dejó insatisfechos a quienes habían imaginado una emocionante excursión por las tripas de la ciudad. Lo más excitante fue el descenso por una estrecha y oscura escalera. Después, todo Consistió en ver bajar por una cuerda a un par de guardias enfundados en buzos y caretas antigás para, pasados unos minutos, volver a verlos trepar por la misma cuerda simulando que uno de ellos estaba herido y tenía que ser izado por su compañero.
La Guardia Civil dice que esto de las cloacas no es nuevo para sus agentes. "Ha sido una actividad constante en sus demarcaciones, que se incrementó a partir de 1978 como medida de prevención ante acciones terroristas", sostiene. No obstante, se limitaba hasta ahora a inspeccionar los colectores cercanos a sus propios acuartelamientos y, además, carecía de los medios y los especialistas adecuados. A finales del pasado enero, el jefe de la 111 Comandancia (Madrid-interior) obtuvo permiso para crear una unidad más profesionalizada.
Uno de los objetivos fundamentales de este nuevo equipo, que pretende extender su actividad a toda España, es la localización de bombas.. Pese a que las cloacas de Madrid hayan sido hasta ahora mucho más frecuentadas por butroneros (especialistas en asaltar bancos desde las alcantarillas) que por terroristas.
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