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Aznar admite en Euskadi un final dialogado con ETA si deja las armas

La visita de José María Aznar a Vizcaya, primera que un presidente español hace oficialmente a Euskadi en los últimos 16 años, tuvo una calurosa acogida por parte del PNV. Aznar correspondió a ese recibimiento con un doble mensaje grato a los oídos de los nacionalistas vascos. En su encuentro con el lehendakari José Antonio Ardanza asumió expresamente que el final de la violencia terrorista pasa por el diálogo con ETA, si bien puso el acento en que previamente la banda terrorista debe abandonar las armas. Asimismo, admitió que el concierto económico "no es un privilegio, sino una singularidad histórica del País Vasco", y criticó la "irresponsabilidad" de quienes han atacado el acuerdo alcanzado con el PNV.

Tal y como había vaticinado el presidente del PNV, Xabier Arzalluz -"se le recibirá con la cortesía que merece después de lo que ha hecho con el Concierto"-, la presencia de José María Aznar en la capital vizcaína estuvo caracterizada por las muestras de simpatía que le dispensaron los dirigentes nacionalistas.José Antonio Ardanza acudió a recibirle al aeropuerto de Sondika, y su gesto de extender los brazos en dirección a José María Aznar cuando éste acababa de pisar tierra y todavía se encontraba a cinco pasos de distancia ilustra bien la favorable disposición de su partido, el PNV. Ardanza pidió a Aznar que visite muchas más veces el País Vasco. También bromeó al manifestarle: "Si tú eres primerizo en esta visita, yo también lo soy porque no he recibido a ningún presidente de Gobierno en mis 11 años de mandato".

Retrospectivamente, la actitud mostrada ayer por el PNV contrasta con la gélida acogida y el casi boicoteo a que fue sometido hace 16 años el entonces presidente Adolfo Suárez con motivo de su viaje oficial a Euskadi cuando la negociación sobre el Concierto Económico se encontraba en un momento crítico. Otra prueba más de la buena acogida del PNV es la inédita entrevista a Aznar emitida la víspera en la televisión pública vasca, Euskal Telebista. El secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Rodríguez, hizo ayer hincapié en que esta situación era impensable hace tan sólo unos meses.

Ardanza y los dirigentes nacionalistas transmitieron a Aznar su preocupación por las reacciones de agravio que el nuevo Concierto Económico vasco ha suscitado en otras comunidades. Una actitud revestida de sentido de Estado, que enlaza directamente con la postura de aparente humildad no olvidemos que sólo somos un territorio autonómico y que Aznar, al ser jefe del Gobierno central, también gobierna aquí, no es el de París"-, mostrada estos días por Xabier Arzalluz.

En el terreno de la política penitenciaria, Aznar reiteró su posición y la del ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, de mantener la dispersión de los presos de ETA. Mayor se incorpora hoy al viaje del presidente del Gobierno.

El encuentro entre Aznar y Ardanza se limitó a una hora porque el lehendakari tenia que viajar a Bruselas a una sesión de la Asamblea de la Regiones de Europa (ARE). Previamente visitaron juntos el parque tecnológico de Zamudio. El jefe del Gobierno tuvo tiempo también para visitar las instalaciones del Grupo Correo, editor del diario El Correo.

Reinserción, caso por caso

Aznar repitió el mismo mensaje momentos después en una reunión con los estudiantes del colegio mayor de Deusto. Respondió sobre la pacificación a una pregunta de un estudiante natural de Ordizia (Guipúzcoa). Concretó que él asume el punto 10 del Acuerdo de Ajuria Enea, pero con una doble precisión: el final dialogado con ETA requiere un previo abandono de las armas, y la reinserción de los terroristas se realizará caso por caso.

Respecto al Concierto Económico vasco, mantuvo la misma tesis que había adelantado a Ardanza, en este caso en respuesta a la interpelación de un estudiante de Miranda de Ebro (Burgos). También se comprometió a un desarrollo íntegro del Estatuto de Gernika.

Con los estudiantes hizo hincapié en que tanto el Estatuto de Gernika como el Concierto Económico son un punto de encuentro entre los vascos, clave para vertebrar esta sociedad. La cita con los estudiantes se mantuvo en un tono de normalidad. Aznar declaró al final que se encontraba muy satisfecho tanto de la acogida de estos jóvenes como del desarrollo que estaba teniendo su jornada vizcaína.

La visita de Aznar tuvo también una vertiente partidista. Al atardecer se reunió con la dirección del PP en el País Vasco, algunos de cuyos miembros han sido amenazados recientemente. Asimismo, a última hora de la noche se reunió con el presidente del PNV, Xabier Arzalluz.

El propósito de Aznar es articular un centro político estable que integre a los nacionalismos históricos en la tarea de la gobernabilidad del Estado. Esta idea se la trasladó a Arzalluz, con quien se comprometió a desarrollar íntegramente el estatuto. No obstante, Aznar se mostró remiso a aceptar la transferencia de la Seguridad Social porque, a juicio del presidente del Gobierno, rompería la caja única.

Fue una primera jornada sin incidentes. Incluso la visita al Ayuntamiento de Bilbao, donde el PP gobierna en coalición con el PNV, no respondió a los presagios que los más pesimistas le atribuían. Todo se redujo a una pequeña concentración de militantes de LAB y HB en las inmediaciones de la casa consistorial.

"Aquí está la solución"

Tampoco en el interior, donde se encontraban los dos concejales de HB, hubo incidentes. Uno de ellos, Ibon Arbulu, entregó al presidente del Gobierno el manifiesto de ETA de abril de 1995 y le dijo: "Aquí está la solución a los problemas del País Vasco". Aznar, impávido, recogió el papel y se lo entregó al secretario de Estado Miguel Ángel Rodríguez.

Las expresiones más hostiles que encontró fueron las pintadas, firmadas por ETA, aparecidas en las inmediaciones de la Universidad de Deusto: Aznar kanpora (Aznar fuera) y Aznar hil da zaude (Aznar estás muerto).

A la recepción del ayuntamiento no asistió Izquierda Unida.

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