El PSOE ve irregularidades en la adjudicación de las excavaciones en la plaza de Oriente

Duro e intenso. Así se anuncia el pleno extraordinario de hoy sobre las obras de la plaza de Oriente. El gobierno municipal, que se ha visto forzado por la oposición a convocar este pleno, ha anunciado ya que las propuestas más polémicas no serán votadas. El PSOE, por su parte, centrará su ataque en las irregularidades que dice haber descubierto en la adjudicación directa de las excavaciones a Esther Andréu, licenciada en paleontología y actual directora de los trabajos. Fuentes de la Comunidad señalaron ayer que Andréu, cuyo trabajo ha sido puesto en entredicho por los peritos de la fiscalía que investigan las obras, continuará al frente hasta que éstas concluyan. Pero no las dirigirá sola.

La polémica está servida esta mañana en el salón de plenos de la Casa de la Villa. El alcalde mantiene que los restos destruidos [edificaciones del siglo XVI, adyacentes al alcázar de los Austrias] son de escaso valor y considera que "la demagogia en este tema raya lo escandaloso". Sin embargo, Gustavo Villapalos, consejero de Educación y Cultura, manifestó ayer en la Asamblea: "Nunca hemos dicho que los restos de la plaza de Oriente no tuvieran ningún valor. Por el contrario, hemos manifestado que tenían un enorme valor histórico y artístico, que había que medir en función del proyecto que se había autorizado para el subsuelo".La oposición socialista, por su parte, lleva dos meses de excavaciones administrativas siguiendo el rastro de los expedientes e informes de las obras. lU, sin embargo, "elevará el tiro hacia las responsabilidades políticas y pedirá la dimisión de los concejales de Obras y de Cultura", según su portavoz, Francisco Herrera.

El grupo socialista ha remitido ya al fiscal varios expedientes que muestran, a su juicio, irregularidades en la adjudicación de las excavaciones. Se han remontado incluso a 1992, dos años antes del inicio de los trabajos. En aquel año es cuando se le otorga a Esther Andréu el primer contrato directo, "Estudio y valoración arqueológica de la plaza de Oriente", por siete millones de pesetas. Andréu, según el expediente administrativo, se presenta en marzo de ese año al concurso con una empresa creada en documento privado dos semanas antes del concurso y "sin aportar currículo que la avale", según el PSOE.

Posteriormente, se le otorga otro contrato en octubre de 1992, por "Valoración arqueológica de la calle de Bailén y su entorno", por 14,7 millones de pesetas. El Ayuntamiento tiene que sacar a concurso público aquellos contratos que superen los 15 millones. El total cobrado por Andréu es de 21,7 millones. El portavoz socialista en el pleno, Rafael Simancas, comenta: "Está claro que necesitaban una novata que no pusiera objeciones a los planes del alcalde".

Fuentes de la Comunidad reconocieron ayer que Esther Andréu seguirá al frente de las excavaciones hasta que finalicen las obras. Pero no estará sola. Tendrá que compartir la dirección con un medievalista. "No hay razones para vetarla", añadieron las fuentes, "y se está estudiando la validez del equipo que ha presentado". Andréu manifestó que el medievalista será alguien de su equipo. "El director de Patrimonio [José Miguel Rueda] me lo ha confirmado de palabra", afirma.Obras paralizadas

Desde el pasado 26 de julio, en las obras de la plaza de Oriente no se efectúan excavaciones. Aquel día, el permiso con que contaban Andréu y Manuel Retuerce, el anterior medievalista, se extinguió. Fue entonces cuando Retuerce dimitió como codirector. Andréu había entregado en Patrimonio, sin la firma de su colega, un informe en el que recomendaba la destrucción de la mayoría de los restos y sólo el traslado de algunos. Retuerce, que se sintió engañado, presentó otro estudio dispar en el que aconsejaba la conservación. Y se marchó.

Desde entonces las excavaciones están paralizadas. Según el Gobierno regional, porque "se está examinando con lupa a la persona que sustituirá a Retuerce". La fase final de las excavaciones incluye la prospección arqueológica del paso rodado frente al palacio (por donde entra el Rey a palacio) y el paso de coches de Bailén.