Martín Prieto y su esposa, citados a decIarar por el juez García Castellón
El periodista José Luis Martín Prieto y su esposa, Cristina Scaglione, han sido citados a declarar hoy ante el juez Manuel García Castellón, para aclarar las circustancias de la desaparición del primero en la tarde del lunes. La comparecencia ha sido solicitada a instancias del fiscal general del Estado, Juan Ortíz Úrculo, antes de pedir que se archiven las diligencias abiertas.Las actuaciones judiciales se iniciaron por denuncia de la esposa del periodista sobre su desaparición, que poco despúes se atribuyó a un supuesto secuestro de ETA. El periodista apareció el martes en un hotel próximo a su domicilio, donde había sido visto con una mujer rubia de unos 35 años, que algún testigo había identificado como una persona parecida a Blanca Rodríguez Porto, esposa de Luís Roldán. Fuentes de la seguridad del Estado no dan credibilidad a esa identificaión. Agustín Guardia, abogado de Blanca Rodríguez Porto, negó que su clienta fuera la acompañante del periodista.
Martín Prieto, adelantó ayer a Onda Cero que no va a dar explicaciones sobres su desaparición y lo atribuyó nada menos que a razones de seguridad del Estado. "Literalmente te digo que hay cosas que no se puden contar en directo porque afectan a la seguridad del Estado", dijo a Luis del Olmo. También negó haber estado con una rubia: era una morena, precisó, pero añadió que se trataba de una cuestión profesional.
Una mujer que se presentó como "secretaria" de Martín Prieto, llamó a las ocho de la mañana del martes al programa Protagonistas, de Luis del Olmo - tras la noche de su desaparición- para advertiles que no contaran ese día con la colaboración de M.P.
Explicaciones del CESID
En el diálogo con Del Olmo, Martín Prieto preguntó porque tiene un coche del CESID junto a su domicilio. Poco después, el secretario general del dicho organismo, Aurelio Madrigal, informó que el 17 de septiembre hubo un vehículo del servicio en la zona donde vive el periodista, pero aseguró que sus actividades nada tenían que ver con él. Martín Prieto tiene un servicio de contravigilancia asignado por interior, como consecuencia de las amenazas de ETA, que se limita a una ronda en las inmediaciones de su casa.Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, que fue uno de los que contribuyó a la alarma sembrada desde las cadenas de radio -excepto la SER- sobre el posibles secuestro de Martín Prieto, afirmó ayer que lo ocurrido merece una autocrítica, pero no una autoflagelación. "Lo obvio es que nuestro amigo se equivocó al no dar a conocer durante tanto tiempo dónde estaba. Lo obvio es que la policía y el Ministerio del Interior se equivocaron al dar informaciones sin confirmación. Ahora bien, nada de esto habría sucedido si Martín Prieto no estuviera amenazado directamente, con nombre y apellidos, por ETA", agregó Ramírez en la presentación del libro Crónicas de la crispación, de Pilar y Fernando Jaúregui.
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