Otra demostración
A merced.El Atlético necesitó 30 minutos para darse cuenta de que era superior al Borussia. Hasta ese momento había estado a merced de los alemanes, que sin demostrar grandes cosas, se habían puesto por delante con la única ocasión de que habían gozado. No le había creado ningún problema.
La reacción. Cuando ya parecía que el portero alemán era una vez más insuperable, llegó el despiste de la defensa que permitió a Roberto rematar a placer. La reacción del Atlético fue espectacular. Ya antes del gol, Esnáider, Pantic y Vizcaíno desde lejos tuvieron sus ocasiones. Después el yugoslavo, a la tercera, consiguió la victoria para el Atlético con un gran gol.
La inyección. La solidez del centro del campo en la recuperación del balón, ayudados por la presión de los hombres de atrás, abortaban con facilidad los intentos del Borussia. La labor de creación pasó a depender de Pantic con las aisladas intervenciones de Esnáider y Kiko y las penetraciones' de Ton¡ por la izquierda inyectaron al equipo la confianza que le había faltado.
Cambio de actitud. A partir del cambio de actitud del Atlético el Borussia fue incapaz de adueñarse del partido como lo hiciera en los minutos iniciales. Lejos de aguantar el resultado los rojiblancos salieron en la reanudación en busca de más goles. La reacción alemana tardó y tuvo sus ocasiones pero las contras del Atlético también llevaron peligro.
Mucho que decir. La falta de acierto le impidió ya en el encuentro de ida hacerse con el triunfo. Ayer tampoco estuvo excesivamente acertado, pero los dos goles fueron suficientes. Salvo desastre esta victoria casi le asegura la clasificación y el primer puesto. El Atlético volvió a demostrar que en Europa tiene mucho que decir..
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.