La Laura Pausini de Leganés

Mucho hay que hacer estos días en Leganés (178.000 habitantes) para llegar a la popularidad de Moisés, el delantero del equipo de la localidad que cabalga pichichi en Segunda División. Pero una chica de 16 años ha rebasado en popularidad al fornido delantero pepinero. Se llama Lydia, tiene 16 anos y vende discos a sacos a base de baladas de amores adolescentes. Muchos ya hablan de la Laura Pausini de Leganés. Su historia es más rosa que las que cuenta Corín Tellado.Lydia Rodríguez vive con sus padres y sus cuatro hermanos en la zona bien de Leganés, en el barrio del Carrascal, muy cerca del complejo comercial Parque Sur. Estos días la cría no puede ni poner un pie en la calle. "Ayer salí un rato por la tarde a pasear con mi hermano de cinco años y me tuve que subir inmediatamente a casa. Nos seguía un grupo de chicos, y aunque me gusta mucho el contacto con los fans, a veces también me apetece disfrutar de mi familia y mis amigos", comenta esta simpática chica vestida de forma muy austera y con sólo un detalle de modernidad: un pendiente en la nariz. "A mi padre no le gusta nada lo del pendiente, pero mi madre no puso ningún problema. Es muy moderna".

Entre las incomodidades de la popularidad y su falta de voluntad a la hora de hincar los codos, Lydia no hace carrera en el instituto. "Nunca me ha gustado estudiar. No es por la falta de tiempo, sino porque no aguanto los libros comenta, con cara de buena chica mientras confirma que este año es la tercera vez que intenta aprobar tercero de Secundaria. "Es que no soy perfecta", dice.La historia musical de Lydia tiene una obsesión: Alejandro Sanz. La primera vez que escuchó al famoso cantante, Lydia, que tan sólo contaba 11 años, cayó en un estado de tontería crónica. Se pasaba todo el día enganchada a las tiernas canciones de Sanz y suspirando por el milagro de conocerle. Hasta llegó componerle una canción, No sé si es amor, que, por supuesto, se incluye en su -primer disco.Conservatorio

Su abuelo fue el director de la Banda Municipal de Madrid y su padre componente de un grupo de pop en los sesenta. En cuanto los padres intuyeron que a la niña se le daba bien cantar, la matricularon en el conservatorio de Leganés. "Era muy duro para una niña tan mal estudiante como yo estar un montón de horas con el solfeo. Pero ahora compruebo la utilidad". La canción que compuso a Alejandro Sanz le pareció tan buena a su padre que decidió grabarla para luego enviarla a varias compañías. Una multinacional (precisamente la misma en la que graba sus discos Alejandro Sanz) se interesó por ella y tramitó el fichaje. Después, 50.000 discos. La semana pasada Lydia recibió en una discoteca madrileña, de manos de su ídolo, Alejandro Sanz, el disco de oro por las ventas de su primer álbum en solitario, Lydia. Después, el camerino se llenó de periodistas y curiosos. Incluso se entrevistó con el alcalde de Leganés, del que no recuerda ni el nombre ni el partido político al que pertenece. "No me interesa nada la política, soy muy joven para eso. Una chica de 16 años no tiene nada que opinar acerca de la política. Creo que mis padres son del PSOE, pero tampoco estoy segura".

La gente que disfruta de la música de Lydia suelen ser chicas más jóvenes incluso que ella, de 10 a 14 años. Pero recientemente ha percibido curiosas incorporaciones: "Ultimamente, cuando firmo discos, veo a muchos chicos. A los chicos les da más miedo expresar sus sentimientos, van de duros y por eso se dejan ver muy poco. Pero, por ejemplo, el otro día me hacían una entrevista en la radio y vi por los cristales cómo entraban varios fans, y en los primeros días vi a chicos llorando de emoción. Está claro que también hay chicos sentimentales".

Los textos de sus canciones son monotemáticos: amor adoIescente. "No hablo de otras cosas como la droga porque no sé lo que es. Nadie a mi alrededor ha tenido problemas con la droga, por eso no puedo hacer canciones sobre ese tema". A Lydia no le gusta que le llamen pija y se define como una chica muy sencilla.

Ya sea por razones forzosas ("soy muy pequeña y no me dejan ir al centro de Madrid") o por gustos personales ("me encanta mi barrio"), Lydia está muy apegada al sur de Madrid.