El obispo de Toledo tacha la boda de Cascos de "adulterio permanente"
El arzobispo primado de Toledo, Francisco Álvarez, se unió ayer a las duras críticas que varios miembros de la Iglesia han lanzado contra la boda civil del vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos. "Atenta contra la indisolubilidad del matrimonio, agravándose con el adulterio permanente y público, como afirma el Catecismo", explicó.En la homilía pronunciada por la tarde en la catedral, Alvarez dijo que la boda de Cascos "solapa compromisos electorales en apoyo de la familia". Y consideró, el enlace una "fiesta de gran repercusión pública consentida por el Gobierno, transf6nnando lo privado en público".
También el arzobispo de Madrid, Antonio. María Rouco, comentó la boda en una carta pastoral., Recuerda que el matrimonio lo instituye Dios y "no está, por tanto, a_disposición del hombre" "Si alguno de los contrayentes recurre al divorcio para contraer nuevas nupcias, se aleja", añadió, "de la comunión de la Iglesia y sitúa su vida en permanente contradicción con la ley de Dios".
Carlos Amigo Vallejo, arzobispo de Sevilla, abundó en el mismo, sentido: "Tanto alarde como el exhibido en esa ceremonia ha podido resultar un poco incómodo para muchas familias". Amigo no le puso ningún reparo jurídico a la figura del matrimonio civil, pero dijo que "está claro que para los católicos el matrimonio no es un contrato, sino un sacramento".
Por contra, el arzobispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán, pidió respeto para la boda: "No es conforme a la vida cristiana, pero tampoco debemos montar un escándalo, porque en la sociedad debemos tener tolerancia".
Mientras, el Gobierno, por boca de su secretario de Estado de Comunicación, Miguel Angel Rodríguez, pedía respeto a todas las personas e instituciones que, han criticado la boda. A la vez, en una reunión con periodistas parlamentarios, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José María Michavila, contestó a las preguntas sobre las consecuencias políticas de este matrimonio. "En este país existe libertad de conciencia y cada cual debe actuar como le parezca mejor", dijo.
Frente a las críticas de la Iglesia también se pronunció la Asociación, Pro Derechos Humanos. Señaló que la "reprimenda" clerical recuerda "las más odiosas costumbres inquisitoriales".
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