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RELIGIÓN

El Vaticano pide al mundo que se movilice contra el hambre

El hambre es un problema que afecta en el mundo a casi 800 millones de personas y cuyas raíces, además de "económicas, socioculturales y políticas", son fundamentalmente morales, según el primer documento sobre el tema elaborado por el Vaticano, que lanza "un llamamiento al amor" dirigido a "los católicos del mundo entero, a los líderes nacionales e internacionales", y, en general, a todos los hombres de buena voluntad.

El documento titulado El hombre en el mundo, un reto para todos: el desarrollo solidario fue publicado ayer por Cor Unum, organismo vaticano que coordina las obras de caridad de la Iglesia, y tiene 76 páginas. Paul Cordes, presidente de Cor Unum, afirmó que ha sido concebido de cara al Jubileo del año 2000, en el que el Papa querría ver un hito en la lucha contra el hambre, más bien que como un mensaje a la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de la FAO (el Fondo para la Agricultura y la Alimentación de la ONU) que se celebrará el mes que viene en Roma.

El estudio parte de la premisa fundamental de que "los recursos de la Tierra, considerados en su totalidad, pueden alimentar a todos sus habitantes", y que el problema del hambre plantea ante todo "una cuestión de solidaridad".

Embargos y concentraciones

Buena parte del análisis de las causas económicas del fenómeno coincide con el que sostienen instituciones como el Banco Mundial. Entre las causas socioculturales, el documento se detiene en el crecimiento demográfico, para afirmar que las manifestaciones excesivas de éste son más bien consecuencia del hambre que viceversa, y recomendar "métodos de planificación familiar que estén en armonía con la verdadera naturaleza humana".Entre las causas políticas, Cor Unum señala y critica los embargos impuestos a Cuba e Irak, la concentración de los medios económicos en manos de pocas personas, las políticas nacionales de reducción de precios agrícolas en los países subdesarrollados y las políticas proteccionistas de las naciones ricas.

El documento parte de la base de que las soluciones técnicas no son competencia de la Iglesia, aunque sí propone medidas como la constitución de reservas alimentarias de seguridad para ayudar a los países en situación de emergencia, o la creación de un registro de "las estructuras de pecado", como el tráfico de armas, la fuga de capitales, y de "las estructuras de bien común", que se oponen a las anteriores. "Escuchar al pobre" es, según este estudio vaticano, una actitud básica para lograr la evolución hacia una "economía solidaria",

[Según datos de la FAG, los 800 millones de personas que padecen hambre son el 20°fu de la población de loes países en desarrollo].

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