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Chirac pide aplicar la fórmula "petróleo por alimentos para evitar una tragedia en Irak

Francia se puso ayer a la vanguardia de la campaña para aliviar el sufrimiento de más de 20 millones de iraquíes y defendió el derecho de Bagdad a exportar petróleo par comprar medicinas y alimentos. "Francia está alarmada por la situación humanitaria en Irak y formula un llamamiento a la comunidad internacional para que se aplique la resolución 986 [de la ONU] y salve vidas inocentes", declaró el presidente francés, Jacques Chirac, ante el Parlamento jordano.

El vivo alegato francés contra las sanciones impuestas a Irak tras la invasión de Kuwaít en 1990 arrancó una larga ovación de los legisladores de Jordania, la tercera etapa de la gira de Chirac y el país que más de cerca ve la situación iraquí tras seis años de implacable bloqueo.En una alusión al argumento de EE UU, que está retrasando la aplicación de la resolución 986, vigente desde el pasado mayo, Chirac dijo: "El pueblo iraquí no puede ser considerado responsable de decisiones en las que no participó. Y tampoco puede ser mantenido como rehén de apuestas a las cuales es ajeno. El camino que tenemos por delante es claro. Estípula la aplicación de todas las resoluciones de la ONU".

Usando múltiples presiones sobre Butros Butros-Galí, el secretario general de las Naciones Unidas, que aspira a su reelección, y citando la reciente participación iraquí en el conflicto kurdo, Washington paralizó el mes pasado la aplicación de la resolución. Ese instrumento prevé la exportación de petróleo por un valor de 2.000 millones de dólares (260.000 millones de pesetas) cada seis meses bajo un riguroso sistema de vigilancia presidido por EE UU. A pesar de la desesperante situación en los hospitales de Irak, las cortapisas políticas no han dejado todavía establecer ni siquiera un mecanismo para controlar los precios del petróleo iraquí. Irak acusó ayer a Washington de "preparar un genocidio en Irak".

Quizá para no contrariar más a Washington, Chirac se abstuvo en su discurso de ayer de profundizar en el conflicto kurdo, en el que

Washington se ha adjudicado el papel de mediador único entre su aliado temporal, el Partido Democrático Kurdo (PDK), de Masud Barzani, y la Unión Patriótica Kurda (UPK), de Jalal Talabani, temporalmente apoyada por Irán. París, que compite con Washington en Oriente Próximo y África, es plenamente consciente de la complejidad de la cuestión kurda. Francia, con grandes intereses en participar en la explotación del petróleo del Kurdistán iraquí, está actuando con prudencia a la luz de los recientes acontecimientos.

Una prueba de que ni las mejores intenciones de Washington ni su relativa influencia en el laberinto del Kurdistán son capaces de ofrecer una solución la dieron ayer conjuntamente el PDK y la UPK. Mientras sus líderes celebraban la firma de un armisticio patrocinado por EE UU, sus combatientes volvían a la carga. Horas después de las conversaciones entre el PDK y la UPK presididas por el diplomático norteamericano Robert Pelletreau en Ankara, los informaciones procedentes del Kurdistán iraquí constataban que las fuerzas de Talabani habían desalojado a la milicia de Barzani de las estratégica región de Ranya Koy Sanjak.

Chirac optó por dar a su gira diplomática un enfoque más inmediato, pero no por ello menos complicado: el desfalleciente proceso de paz entre árabes e israelíes. Pero su ofensiva en Oriente Próximo recibió ayer una zancadilla desde Londres, donde el secretario del Foreign Office, Malcolcn Rifkind, le recordó que EE UU sigue siendo el principal árbitro de la paz en la región.

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