El BCH destinará este año 40.000 millones a cubrir un total de 2.000 bajas y jubilaciones
El Banco Central Hispano (BCH) tiene previsto destinar este año unos 40.000 millones a cubrir su plan de jubilaciones, prejubilaciones y bajas incentivadas, que afectará a 2.000 personas. La entidad sopesa la posibilidad de imputar esta cantidad parte a reservas y parte a la cuenta de resultados, después de consultar con el Banco de España. Tras esta reducción, la plantilla de la entidad que preside José María Amusátegui contará con menos de 22.000 personas, cuando en 1991 sumaba 31.472. Además, el BCH renovará abolutamente su sistema tecnológico a principios de 1997.
El equipo directivo del BCH ha puesto en marcha una doble estrategia: redimensionar el negocio puramente bancario y reforzar las participaciones industriales, especialmente en el sector eléctrico y en las telecomunicaciones.Para cumplir el primero de esos objetivos ha acometido un plan de recursos humanos en el que sobresale el programa de jubilaciones, prejubilaciones y bajas incentivadas que afectará a un total de 2.000 personas, previamente consensuado con las organizaciones sindicales con representación en la entidad. Este programa (que ofrece prejubilaciones a personas de incluso de 52 años de edad) supondrá para el banco un desembolso de unos 40.000 millones, es decir, una media de 20 millones por empleado.
"Este cálculo no es exacto, pues se ha negociado caso por caso. Incluso, hemos pactado fórmulas originales, como la de financiar un negocio para el trabajador que optaba por la baja, con el compromiso del banco de reincorporarla en caso de que lo solicitara y de él de devolver el dinero anticipado", señalan fuentes del banco. Una buena parte de estas bajas se han producido en centros administrativos, que se han reducido de 12 a dos. Tan sólo quedan los de Madrid y Barcelona. "En cualquier caso, nuestra política consiste en dejar cada vez menos puestos administrativos y colocar a más efectivos en la tarea comercial", explican en el BCH.
El debate abierto en el banco sobre este plan es la forma de contablilizar los 40.000 millones del plan. Aunque todavía no hay una decisión, lo más probable es que el equipo de Amusátegui opte por imputar parte a reservas y parte a cuenta de resultados, tras consultar con el Banco de España.
Reservas de sobra
Fuentes del banco señalan que hay reservas de sobra -más de 300.000 millones- para soportar la imputación, incluso cuando fuera completa; aunque esta posibilidad podría estar contestada por algunos accionistas, preocupados por la posibilidad de que el banco no genere los resultados suficientes como para hacer frente a una operación de este estilo, Un temor que, según el banco, es infundado "porque los resultados van a ser buenos. Además, imputar esta partida a reservas es algo que han hecho otros grandes bancos españoles". El año pasado, el BCH recurrió a las reservas procedentes de la fusión para repartir dividendo.La política de recursos humanos del BCH no se reduce, sin embargo, a este plan. Durante el año en curso se van a producir unas 500 incorporaciones a la plantilla.
El segundo programa diseñado en el BCH para redimensionar el negocio bancario es el que tiene como finalidad la renovación del sistema tecnológico. Al margen de servicios concretos (call center, banca electrónica, sucursales automáticas), el BCH comenzó esta semana las pruebas para la implantación del nuevo sistema: informático en las oficinas de la red. Ese proceso se irá desarrollando paulatinamente hasta principios del año próximo, justo cuando se acelerará para que esté listo en las 2.500 sucursales de la red al término del primer trimestre. Además, el Central Hispano ha emprendido un vasto programa de desinversiones en inmuebles. La entidad pretende reducir casi un 20% su patrimonio inmobiliario.
En cuanto al área industrial, el BCH tiene previsto centrarse en los sectores eléctrico y de telecomunicaciones y desinvertir en otros como el agroalimentario (Azucarera es el caso más reciente). Este esquema se ha visto reforzado con la reordenación del sector eléctrico -OPA de ENDESA por el 75% de Fecsa y Sevillana)- a resultas de la cual el Central Hispano ha quedado muy reforzado, puesto que está presente en dos de las cuatro patas del esquema, ENDESA y Unión Fenosa. Fuentes del sector eléctrico resaltan en este punto que el consejero delegado del grupo bancario, Ángel Corcóstegui, fue uno de los muñidores del nuevo mapa del sector.
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