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Hallado muerto en un bosque el multimillonario alemán secuestrado

La policía encontró ayer en un bosque próximo a Francfort, después de tres días de intensa búsqueda, el cadáver de Jakub Fiszman, el multimillonario judío de 40 años secuestrado el 1 de octubre en esa ciudad alemana. De nada sirvió que la familia pagase los cuatro millones de marcos (casi 340 millones de pesetas) exigidos por los secuestradores. Cuando se entregó el rescate, en una autopista cerca de Francfort. Fiszman había sido ya asesinado.Hace días la policía criminal detuvo como sospechosos a la familia Körppen: el padre, Rainer, de 48 años; su hijo Sven, de 26, y Renate, de 46 años, la tercera esposa de Rainer, que pronto quedó en libertad porque no parece ser cómplice del delito. La policía también encontró enterrada casi la totalidad de los cuatro millones de marcos pagados por el rescate. Sólo faltaba el secuestrado.

Rainer Körppen se negó de forma sistemática a confesar y dar detalles sobre el lugar donde se encontraba Fiszman. Y tenía motivos para ello: sin cuerpo del delito no había crimen. El registro de antecedentes penales de este personaje no puede ser más florido. Mató en los años setenta a un rufián de un disparo, pero consiguió que el tribunal considerase que actuó en legítima defensa. También mató a su primera esposa, al parecer para cobrar la prima del seguro cerrado poco tiempo antes, pero el jurado estimó que: se trataba de un delito de lesiones con consecuencia de, muerte y sólo le condenaron a 10 años. Desde principios de los noventa .vivía Körppen en Wiesbaden, unos 50 kilómetros al oeste de Francfort, como pintor de brocha gorda, pero, sobre todo, a costa de su tercera mujer, Renate, que había trabajado varios años y mantenía contactos con el secuestrado.

Físzman procedía de una familia judía y se estimaba su capital en varios cientos de millones de marcos (miles de millones de pesetas), que el padre había conseguido a base de comercio con países. del Este y negocios inmobiliarios en Francfort: Fiszmán vivía retirado, convivía con una mujer y no se le conocían extravagancias.

Los Körppen, padre e hijo, cometieron el secuestro y metieron a Fiszman en un anexó del, garaje de su casa en Wiesbaden. De allí lo sacaron al. bosque, donde el padre se internó con la víctima y volvió sin él. El hijo, Sven, confesó ala policía_hace tres días su participación en el crimen y dio indicaciones sobre el lugar donde su padre llevó a Fiszman todavía vivo. Durante tres días, cientos de policías acordonaron el bosque en busca

del secuestrado. Ayer, después de tres días de búsqueda, los perros de la policía encontraron el cadáver, boca abajo y tapado por dos árboles caídos. Se supone que Fiszman, al enfrentarse a los secuestradores, pudo identificar a Körppen, que lo mató para que no pudiese testificar en su contra.

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