20 árboles retrasan otros ocho meses la nueva estación Sur de autobuses
Las obras de la estación Sur de autobuses de Méndez Alvaro, por la que pasarán al menos 27.000 viajeros diarios, han topado con una dificultad inesperada: una hilera de 20 árboles en medio de la salida de vehículos que ha obligado a los técnicos a modificar el plan primigenio. Por ello, la estación estará terminada en agosto, ocho meses después de lo previsto. Pero las futuras dársenas están acostumbradas a los retrasos. El plan de reemplazar la estación de Palos de la Frontera por la de ' Méndez Alvaro es de hace 12 años. Desde entonces, las desavenencias entre las administraciones y la falta de dinero han ido aplazando las obras.
La nueva estación de autobuses de Méndez Álvaro, enclavada en un proyecto global de regeneración de toda la zona y que ya figuraba en el Plan General de 1985, empezó a construirse en mayo. Atrás quedaban diversos peloteos burocráticos entre la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento que han tenido atrancada la obra durante más de una década.En 1991, por ejemplo, el municipio, ya gobernado por el PP, acusaba a la Comunidad del PSOE, de no dar dinero. Esta respondía que el Ayuntamiento no le había cedido todavía los terrenos. La solución llegó en julio de 1995: la empresa Ensansa, que actualmente explota la estación Sur de autobuses de Palos de la Frontera, se comprometió a poner 1.000 millones de pesetas a fin de darle un empujón a la construcción; los otros 1.700 millones necesarios para llevarla a cabo los pone el Ayuntamiento, después de haber vendido terrenos anexos para construir oficinas y un centro comercial.
A cambio de su contribución, Ensansa, cuya concesión para la nueva estación será de 39 años, podrá subir las tarifas actuales en los viajes, aunque dentro de un límite fijado por la Comunidad.
Pero el último retraso -los responsables prometen que no habrá ninguno más- no ha venido de parte de ningún organismo. Una hilera de 20 árboles, entre los que se cuenta un chopo especialmente protegido, ha obligado a tirar a la papelera el proyecto original de los técnicos de la empresa Ferrovial. En un principio, según cuenta el jefe de la obra, Fernando Molero, los cientos de autobuses que saldrán diariamente de esta estación lo iban a hacer por el carril más pegado a la derecha de la calle de Méndez Álvaro, pero para eso era necesario que los árboles situados en la acera de esta calle fueran trasplantados para dejar paso al asfalto necesario.
Ni una rama
Y el Ayuntamiento dijo que no, que ahí no se tocaba ni una rama ni, por supuesto, el chopo protegido. Tras muchas reuniones, los técnicos se vieron obligados en agosto a modificar el proyecto: los autobuses abandonarán la estación a través de un túnel para incorporase a la calle de Méndez Alvaro por un carril especial habilitado en el centro de la carretera. Problema: según uno de los responsables de Ferrovial, el cambio producirá atascos debido a que los autobuses tendrán que desplazarse desde su carril especial hasta la derecha para incorporarse a la M-30, con lo que entorpecerán el paso a los coches que viajen en ese sentido.La gerente de la empresa municipal Estación Sur de Autobuses, Soledad Sánchez Caro, está segura de que ahora ya no se producirán más retrasos: "La estación estará terminada en abril, y luego los actuales concesionarios de la empresa Sur de autobuses tendrán dos meses para trasladarlo todo al nuevo emplazamiento", señala la gerente.
¿Qué pasará con el edificio de la antigua estación Sur de autobuses una vez que éstos la hayan vaciado? No es seguro: el PP quiere derribarla para construir casas y un pequeño polideportivo; IU piensa que está bien que se eche abajo, pero para construir en su lugar un centro cultural. El PSOE es partidario de no demoler nada y que el edificio se transforme en una suerte de polideportivo. El destino final lo decidirá el nuevo Plan General, cuyos autores se encuentran ahora revisando las últimas alegaciones presentadas.
El arquitecto de la nueva estación, Rafael Torrelo, ha querido dar más espacio a los viajeros y a los peatones: el nuevo complejo comunicará con el metro y con la línea de cercanías y dispondrá de un ala entera para tiendas. "Esto va a parecer, un aeropuerto, no una estación de autobuses", exclama orgulloso Torrelo.
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